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rancia total sobre qué pasará, y por ello tiene un conocimiento, aunque medio. En realidad esta postura se asemeja más a la de los que limi­ tan la omnisciencia divina para hacerla coherente con la libertad. Y, además, presenta el problema de no explicar que, si Dios no ha creado sólo las circunstancias que llevan al bien en los mundos posibles que de ellos salen, sigue siendo en alguna medida respon­ sable de que el mal se produzca por admitir los mundos posibles en que se daba, y no limitar los mundos posibles dependientes de la libertad humana a aquellos mundos en que el mal no se da. Pero la respuesta que cabe dar aquí es que una libertad humana reduci­ da a optar entre mundos posibles en que no cabe el mal es una libertad muy restringida; y por ello Dios, aun corriendo el riesgo del mal, da la posibilidad de unos mundos posibles buenos y malos, sin ser su responsable, pues la condición suficiente última para que se den unos u otros depende de la libertad humana, y no de Él, como ya vimos. En 1986, Plantinga planteó un nuevo argumento para salvar la omnisciencia divina y hacerla coherente con el libre albedrío huma­ no 82: el argumento de la causalidad retroactiva. Éste consiste en defender que la causalidad no sólo es posible desde el presente al futuro, sino también desde el presente al pasado. Es decir: nuestras acciones presentes harían que Dios en el pasado tuviese una cierta creencia sobre ellas verdadera, la originarían plenamente (Dios no tendría su creencia antes de nuestra acción, lo cual nos quitaría liber­ tad, ni tampoco se cambiarían las creencias pasadas de Dios; senci­ llamente, se causarían, como mi acción presente no cambia un futu­ ro dado a priori, sino que lo causa). El pasado y el futuro serían siempre contingentes y dependientes de mis acciones en el presen­ te. Esta noción de causación retroactiva, aunque sorprendente, encuentra su apoyo en parte de la ciencia actual. Así, si se hace una interpretación relativista de las ecuaciones de la mecánica cuántica, el famoso experimento de la partícula en la caja que se divide por la mitad, llevaría a postular que un hecho del presente modificaría, LA FILOSOFÍA PRAGMÁTICA DEL LENGUAJE Y EL ABSOLUTO (II) 375 82 A . P I a n t in g a , «On Ockham’s way out», en Faith and Philosophy, 3 (1986). Cit., apud, ibid., p. 220.

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