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304 ABILIO ENRIQUEZ CHILLÓN en este sentido en un poema longobardo del año 698, del cual escri­ be su autor: «Scripsi per prosam et oratiunculam» (como si fuera un mini discurso). El término tuvo éxito considerable al aplicarlo la litúrgica latina a la «sequentia» que se cantaba antes de la proclama­ ción del Evangelio. Todavía hasta hace muy poco, en muchos can­ torales latinos litúrgicos —españoles y franceses especialmente— se la denominaba técnicamente «prosa». Ocurrió que, como las secuencias eran ejecutadas, a dos coros y el segundo debía contestar al primero con la misma melodía, pero con distinta letra, el resultado fue la isosilabización de ambas frases. Poéticamente un pareado sin rima, puesto que ambas frases primera y segunda tenían que tener el mismo número de sílabas. Como, ade­ más, el número de las melodías pares podían prolongarse sin suje­ ción numérica fija en las frases del diálogo melódico, y de la acumu­ lación de estas estrofas apareadas nació la secuencia independiente del canto aleluyático. Con el tiempo, teniendo como modelo la secuencia, en las len­ guas romances se fueron construyendo diversas clases de composi­ ciones poéticas. Una curiosidad más de la hermandad de música y poesía: toda la primitiva poesía medieval era mélica a imitación de la griega, e. d., se recitaba con música y, por lo general, el mismo autor de la poesía componía la melodía para ella 13. La vida de san Francis­ co de Asís es un caso probativo de este aserto. Para muchos este santo figura como el creador italiano de la poesía en lengua vulgar con su Cántico del Hermano Sol, para el que compuso también la música con que había de cantarse 14. Lo propio hacía con las composiciones improvisadas que le brotaban de sus efluvios místicos en sus colo­ quios místicos con Dios en las soledades campestres 15. 13 C urtius , o. c., p . 660. 14 Entre las muchas biografías de san Francisco, la que más pormenoriza sobre el particular es la de Julius G reen , El hermano Francisco, Barcelona 1984, pp. 287 y ss. Para conocer lo que significa san Francisco en la literatura italiana, ver G. P etro - nio , Historia de la literatura italiana, publicada en España, Cátedra, Madrid 1999. Principalmente en pp. 43-48. 15 Complemento a la anterior, T. de C elano , «Vida segunda», en San Francisco de Asís, biografías, escritos, documentos de la época, BAC, Madrid, p. 305. También san B uenaventura , Leyenda Mayor, n. 5, p. 390, y en L. Menor, n. 8, p. 504.

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