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332 ABILIO ENRIQUEZ CHILLÓN El parecido global está a la vista. Las ideas, conceptos y pensa­ mientos se parecen como dos hermanos. Incluso se formulan en el mismo orden. El grupo formado por esos tres vocablos conviene destacarlo porque en ambos sonetos lo por ellos significado son muy semejantes y de mucha semejanza en interés. Este soneto viene encajado en el auto sacramental del gran dramaturgo titulado Tu prójimo como a ti. En una de sus escenas finales el Hombre, arre­ pentido de sus extravíos pasados pide piedad al Sol —personifica­ ción de Jesucristo—. El Sol, compadecido, responde al hombre: «Fuerza es que por Dios lo haga, pero tú ¿qué harás por Dios?» (El Hombre viene herido y sangrante por la herida del pecado) y contesta al Sol con el soneto transcrito. El primer cuarteto es donde menos semejanzas se advierten con el otro soneto. En el segundo cuarteto las semejanzas son ya muy claras. Los dos pensa­ mientos expresando lo que no le movería —cielo e infierno— y lo que sí le movería o estaría dispuesto a dar su sangre, es por ser Dios quien es. Completamente semejantes en ambos sonetos. Los pensamientos de los tercetos, algo sorprendente, tienen más parecido con uno de los párrafos antes transcritos. Lo que más dife­ rencia un soneto del otro es el enfoque y punto de dirección de las ideas. Abilio E n ríq u ez C hillón Madrid

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