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SUGERENCIAS EN TORNO AL SONETO «NO ME MUEVE, MI DIOS» 311 to: sostiene que el soneto fue escrito dentro del ámbito jesuítico, apoyándose en algunas coincidencias de planteamiento con los céle­ bres Ejercicios de san Ignacio 33. El P. Ángel Custodio Vega, agustino, después del extenso y magnífico estudio dedicado a fray Luis de León y de los místicos agustinos, dedica una página y media al estudio de fray Miguel de Guevara y el soneto «No me mueve, mi Dios». No añade nada nuevo a lo ya sabido respecto a su personaje y al soneto. Pero tiene el mérito de haber advertido y señalado las diferencias de redacción existentes entre la de Guevara y la de Rojas. Compá­ rense: GUEVARA No mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido; ni me mueve el infierno, tan temido, para dejar por eso de ofenderte. Tú me mueves, Señor, muéveme el verte davado en una cruz, escarnecido; muéveme el ver tu cuerpo tan herido, muévenme tus afrentas y tu muerte. Mueve(me) en fin tu amor de tal manera que, aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno te temiera. No tienes que me dar porque te quiera, porque aunque cuanto espero no esperar, lo mismo que te quiero te quisiera. ROJAS No me mueve, Señor ; para quererte el cielo que me tienes prometido; ni me mueve el infierno, tan temido, para dejar por eso de quererte. Muevesme tú, mi Dios, muéveme el verte clavado en esa cruz y escarnecido; muéveme el ver tu cuerpo tan herido, muéveme tus afrentas y tu muerte. Muéveme en fin tu amor en tal manera que si no hubiera cielo yo te amara y si no infierno te temiera. No tienes que me dar porque te quiera, porque si cuanto espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera. Como es notorio he subrayado las variantes. Lo más original y llamativo del juicio del P. Vega sobre el posi­ ble autor del soneto es la conclusión a que llega. Esta: «Lo que no cabe duda es que se ha dado un paso enorme de avance y que no quedan ya en pie más que dos competidores... Guevara y Rojas, y excluido éste por las malas transcripciones de que da prueba el 33 AA. W ., Historia general de las literaturas hispánicas, Barcelona, t. II, pp. 663 y ss.

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