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270 MIGUEL ÁNGEL QUINTANA PAZ en un criterio del significado en general, con lo cual logra, con otros medios, el mismo fin que el Círculo de Viena: considerar todo lo ajeno a la ciencia como carente de significado cognoscitivo alguno. En efecto, para Flew está claro que la afirmación de la existen cia de Dios no tiene significado alguno, pues ninguna observación podría falsar tal afirmación. Como ilustración de esta tesis reprodu ce un ejemplo que ya J. Wisdom expusiese en su ensayo Dioses 13 y que, por su forma narrativa, ha pasado a considerarse la primera de las denominadas «parábolas de Oxford», ya que algunas de las res puestas a Flew también adoptarán la forma de «parábola». Hela aquí: «Un día llegan dos exploradores a un lugar cultivado en medio de la jungla: En aquel lugar crecen muchas flores y hierbas. Uno de los exploradores dice: ‘Habrá un jardinero que cuida este lugar’. Pero el otro no está de acuerdo. ‘No hay ningún jardinero’. Y enton ces ponen sus tiendas y montan guardia. No aparece ningún jardi nero. ‘Quizás es un jardinero invisible’. Entonces los dos ponen una barrera de alambre de espino y la electrifican. La búsqueda es enco mendada a perros policía. (Recuerdan que El hombre invisible de H. G. Wells podía ser sentido por el olfato y ser tocado, pero no ser visto). Pero ningún grito lleva a pensar que algún intruso haya reci bido una descarga eléctrica. No se notan movimientos del alambre de espino que puedan delatar a un trepador invisible. Los perros permanecen en silencio. Todavía el creyente no se convence: ‘Es un jardinero invisible, intangible, insensible a las descargas eléctricas, un jardinero que no produce ningún olor y totalmente silencio so, un jardinero que cuida en secreto su adorado jardín’. Por fin, el escéptico se desespera: ‘Pero ¿qué queda de tu afirmación primera? Ese jardinero que tú consideras invisible, intangible, eternamente esquivo, ¿es qué se puede diferenciar de un jardinero imaginario o incluso de ningún jardinero?’»14. Flew considera (y considerará hasta la actualidad 15) que una afirmación como la de «Dios existe» es idéntica a la del explorador 13 J. W is d o m , «Gods», en Philosophy and Psychoanalysis, Oxford 1953, pp. 149-168. 14 A . F le w , o . c ., p . 46. 15 Vid. T. M ie th e - A . F le w , o . c ., p. 25. La edición original del libro es de 1991, así que Flew ha mantenido casi durante cuarenta años su posición.
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