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LA FILOSOFÍA PRAGMÁTICA DE LENGUAJE Y EL ABSOLUTO (I) 291 tan de la teología filosófica, que pretende elaborar un discurso cog­ noscitivo y racional. J. J. C. Smart45 defiende que las cuestiones teológicas se desva­ necen como tales o son absorbidas por la ciencia si efectuamos sobre ellas el análisis filosófico que propugna la filosofía de Oxford. A pesar de ello, «Dios existe» tiene un significado, pero es un signifi­ cado en un lenguaje (el religioso) en que la noción de prueba o demostración no desempeña ninguna función (se sustituye por «con­ versión»). El que cree no necesita preguntarse racionalmente si Dios existe, y el que no cree no puede siquiera comprender el problema (no está inmerso en el ámbito del lenguaje religioso, que es el que da significado a la palabra «Dios»). Argumentos tradicionalmente esgrimidos como racionales, en realidad tienen otra función: el argu­ mento cosmológico refleja la necesidad del creyente, no una necesi­ dad lógica, de que Dios exista; y el teleológico ayuda a intensificar las experiencias religiosas. Esta postura de Smart ha sido tildada de fideísta, y se ha puesto en duda que realmente el no creyente no entienda el lenguaje reli­ gioso en absoluto, o el de la teología natural, muy próximo a la racionalidad en general, y que por ello no se plantee el problema de Dios; también es dudoso que el creyente no se plantee este proble­ ma racionalmente 46. Además, el ejemplo que él pone (un analfabeto no puede dudar de los electrones, pues no entiende qué son, y un científico tampoco duda de ellos) no es en absoluto apropiado: pues el científico puede llegar a dudar de los electrones como elementos últimos del átomo (la ciencia reciente da prueba de ello) y al analfa­ beto, también racionalmente, puede explicársele qué son los electro­ nes. Sin embargo, su visión de la religión excluye todo cambio en nuestras opiniones por la racionalidad. Así, se hace difícil distinguir la religión de las supersticiones. Además, Smart descuida el uso real del lenguaje teológico, y a muchos creyentes el que no haya nada cognoscitivamente investigable más allá de la ciencia les parecerá forzosamente empobrecedor47. 45 J. J. C. S m a r t , «Metaphysics, logic and theology», en New Essays..., o. c., pp. 12-27; -The existence of God», ibid., pp. 28-46. 46 W. T. B la c k s t o n e , o . c ., p. 83s. 47 Ibid., pp. 86, 160-165.

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