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288 MIGUEL ÁNGEL QUINTANA PAZ un lenguaje cognoscitivo por el simple hecho de no ser empírico. ¿Cuál es, entonces, la peculiaridad de su cognoscitividad? Para Zuur- deeg, la peculiaridad estaría en que a la hora de ser trasmitidas, tales proposiciones no pretenden imponerse por explicar fenómenos filo- co-empíricos o por ser demostrables lógico-matemáticamente, sino sólo por ser convincentes. Aspiran a ser proposiciones creídas, no experimentadas. El lenguaje religioso, entonces, es un lenguaje con- viccional que se refiere a la totalidad de la realidad, aunque, a dife­ rencia del metafísico, no pretende tener una base puramente racio­ nal (y hace bien, según Zuurdeeg, pues, si pretendiese ser racional en sentido estricto pero indemostrable e inverificable, caería en con­ tradicción, que es lo que le ocurre al lenguaje metafísico). ¿En qué se apoyan las convicciones? «En la confianza que se tiene en el poder del que convence» 39; es decir, algo semejante al criterio de autoridad de Maclntyre. Han llovido las críticas sobre estos autores del ala izquierda moderada, pues en el fondo atacan a Flew no sólo en su desafío, sino en su concepto general de qué es lo racional o lo cognoscitivo, ampliando las estrechas miras empíricas de este autor. Así, por ejem­ plo, a Haré se le ha criticado que equipare las creencias religiosas al «blik» de un lunático, para salvarlos de la crítica empírica40. Pero, en realidad, el ejemplo de Haré no equipara las creencias del creyente, sino los del ateo, a las del lunático, pues ambos son los que están en minoría frente a una mayoría que es plausible reco­ nocer como cuerda. Flew, por su parte, reprocha a Haré que sí los «bliks» no son contrastables ni verificables, no se puede hablar de «bliks» correctos o incorrectos, y, sin embargo, el cristianismo se considera a sí mismo como correcto41. Pero Haré muestra que sí que debe hablar de corrección o incorrección aunque no haya contrastación empírica definitiva (todos diríamos que el «blik» del lunático es incorrecto aunque sepamos que no podemos darle una prueba empírica irrefutable). 39 Ibid. 40 O. Castagne, o. c ., p. 48. 41 A. F lew , New Essays..., o. c., pp. 106ss.

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