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286 MIGUEL ÁNGEL QUINTANA PAZ un marco en el cual integramos las experiencias. La afirmación de la existencia de Dios no es una explicación, sino que es ella, como «blik», la que define qué quepa considerar como explicación y qué no. Sólo desde un «blik» cabe distinguir los hechos y las ilusiones. Flew, sin embargo, al ignorar el carácter de «blik» de la religión le pide algo que ningún «blik» puede dar, una prueba que le haga falsable. También el empirismo radical de Flew es, al fin y al cabo, un «blik», y ninguna experiencia valdría para desecharlo, pues si es empírica lo da por presupuesto, y si no lo es, el «blik» de Flew le impedirá tomarla en cuenta. La cuestión entonces es saber qué «blik» es el más adecuado fren­ te a la realidad. Aunque, al no ser un conjunto de afirmaciones, no sea posible «contrastar» el «blik» con el mundo, sin embargo, al ser el marco de todas las demás afirmaciones, el «blik» tiene un importante papel cognitivo, y es importante, por ello, «tener el ‘blik’ justo»35. Aun­ que todos tenemos irremediablemente un «blik», éste no es forzosa­ mente individual, sino a menudo herencia de la historia que nos pre­ cede o aprendido del ambiente que nos rodea. Pues, como se ve en el ejemplo del lunático, el «blik» es comunicable aunque no sea empí­ ricamente decidible. La decisión entre los «bliks» (para evitar «bliks» enfermos como el del lunático) deberá acudir a otras instancias que no sean la empírica. Haré propone el criterio de la «mayoría»: si la mayoría abrumadora de los seres humanos que han existido en la tie­ rra han poseído un «blik» religioso, cabe pensar que esto es lo razo­ nable, y que los que tienen un «blik» enfermo son minoría (como son minoría los lunáticos), es decir, los ateos. Como dice el Proverbio: «Si piensas que todos los demás están locos, el loco eres tú » 36. Ésta es la postura de Haré, que, al rehusar que las proposicio­ nes teológicas sean falsables empíricamente, se aleja del desafío de Flew negando sus premisas. Por ello cabe incluirlo en la «izquierda oxoniense». Pero, aunque el estatuto que concede a lo teológico no sea empírico, sí que mantiene la cognoscitividad de tal lenguaje, y por ello no se aleja en demasía del planteamiento racionalista que Flew proponía. Lo hemos llamado, pues, «izquierda moderada». Otros 35 Ibid. 36 J. Y o r k , o . c ., p. 177.

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