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nio antes a Flew que las falsaciones, aun siendo tales, no sirven para hacer abandonar totalmente una aseveración como «Dios existe» si hay un motivo racional más fuerte para mantener esa aseveración. Ese motivo sería una confianza fundada en Dios por parte del creyente, que, agarrándose a esa confianza, evita que las falsaciones, nunca conclusivas, le aparten de su fe, aunque estas falsaciones, pues­ to que sí cuentan contra su fe, le pongan en apuros personales (dudas, crisis, etc.). Y la confianza no es algo aleatorio o subjetivo, sino fundado en experiencias igualmente razonables. Todo ello queda claro en su parábola, la del partisano, que cabe resumir así: Durante la guerra, un miembro de la resistencia se encuentra, en un país ocu­ pado, con un extranjero que, tras una larga conversación, le deja pro­ fundamente impresionado por su sinceridad. El extranjero pide al par­ tisano que pase lo que pase mantenga la fe en él. Después se ve al extranjero ayudar a la resistencia en ocasiones, pero también colabo­ rar con el ejército de ocupación. Aunque el partisano no se vuelve a encontrar a solas con él, sigue confiando el extranjero y sostiene ante sus camaradas, frente a las reticencias de éstos, que aquel está de su lado, aunque a veces las acciones de su «amigo» debilitan la confianza del propio partisano y le son echadas en cara por sus camaradas. La razón en la parábola para no cejar es la fe en el extranjero, es la experiencia que de la personalidad de éste tuvo el partisano. Mitchell citará en obras posteriores la tradición religiosa, la expe­ riencia religiosa de la santidad y de la vida cristiana como «pruebas» que apoyan en la religión, la Creencia en Dios, en «el extranjero»25. Ha habido varias críticas a la posición de Mitchell. La primera es la de Duff-Forbes 26. Según éste, si nada puede contar decisiva­ mente contra una creencia religiosa, en el fondo es como si nada contase contra ella. Pero Mitchell no afirma que nada cuente nunca definitivamente. De hecho, al decir esto se olvida de nuevo una experiencia bastante común en las religiones: la del abandono de una fe por otra, o la pérdida de la fe. Sólo dice que, a menudo, lo que otros consideran como pruebas definitivas, para el creyente no LA FILOSOFÍA PRAGMÁTICA DE LENGUAJE Y EL ABSOLUTO (I) 279 25 M. C o sta n zo , Filosofía contemporanea della religione, Milán 1975, p. 315. 26 D . R. D u ff-F o rb e s, «Theology and Falsification Again», en The Australasian lournal o f Philosophy 39 (1961) l49ss.; Cid. apud M. C o sta n zo , o . c ., p. 316.

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