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LA FILOSOFÍA PRAGMÁTICA DE LENGUAJE Y EL ABSOLUTO (I) 277 dinero como algo «externo» (y falsable), sino que se hiciese una afir­ mación sobre todo lo que rodea a los exploradores, con lo cual no cabe esperar algo ajeno a ese «todo». Esta peculiaridad de lo religioso como interpretación del todo que sólo es falsable al final de la vida es expuesta por una parábo­ la, la del «camino»: «Dos hombres avanzan juntos por un camino. Uno de ellos está convencido de que la ruta lleva a la ciudad celeste, mientras que el otro opina que no lleva a ningún sitio, pero, como no hay ningún otro camino, viajan juntos. Ninguno de los dos ha recorri­ do nunca este camino, por ello ninguno puede decir con qué se encontrará al volver cada curva. Durante el viaje viven momentos fáciles y gozosos, pero también momentos difíciles y peligrosos. Durante todo el tiempo, uno de ellos piensa en el viaje como una peregrinación a la ciudad celeste. Interpreta los momentos agrada­ bles como estímulos, y los obstáculos, como pruebas a su propó­ sito y lecciones de perseverancia, preparadas por el rey de aquel lugar y orientadas a hacer de él un habitante digno del sitio hacia el que se encamina. Pero el otro no cree en nada de esto y consi­ dera el viaje como una marcha inevitable y sin objetivo. Dado que no hay opción, disfruta del bien y soporta el mal. (...) Los cami­ nantes no poseen expectativas diferentes sobre las cosas que halla­ rán en el camino, sino únicamente sobre su último destino. Al vol­ ver la última curva es cuando se verá que uno ha tenido razón todo el tiempo y el otro ha estado siempre equivocado»22. Así pues, aunque la falsación venga sólo al final del camino de la vida, afirmar o no la existencia de Dios tiene un papel cognitivo importante, al producir ciertos razonamientos u otros ante los hechos de la vida. El lenguaje religioso no sólo es significativo por la falsación sino por el modo en que conlleva ciertas interpretacio­ nes u otras (una vez más, esta segunda faceta del lenguaje religioso puede asemejarse a posturas de la izquierda oxoniense, como la de Haré, que veremos). Hick, además, añade, para el resto de los enun­ ciados religiosos que van más allá de la mera afirmación de la exis­ tencia divina, otro criterio de significado: así, atributos como «Dios 22 Ibid., pp. 133 ss.

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