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274 MIGUEL ÁNGEL QUINTANA PAZ diferente a la habitual, lógica que propicie la evolución de las expe­ riencias que nos llevan a afirmar que «Dios existe». Una especie de propedéutica constituida por calificativos negativos (inmutable, inmó­ vil), calificativos límite (perfección, simplicidad...) o calificativos ina­ propiados al sustantivo al que acompaña (infinito, aplicado a sabio), nos conducirían a la experiencia religiosa. (No es difícil distinguir en estos tres caminos hacia la experiencia lo que santo Tomás llamó vías negativa, afirmativa y eminente 18). De este modo llegaríamos a la intuición de lo personal, que se produce súbitamente, como si de repente «se hiciese la luz» o «cayésemos en la cuenta»19, y que se sigue de un compromiso confiado en lo personal intuido. El problema de Ramsey es doble, sin embargo. En primer lugar, es difícil distinguir su postura del subjetivismo, como él mismo reconoce 20. Su «experiencia» no es sin duda el tipo de expe­ riencia en que piensa Flew, y casi habría, por ello, que encuadrarle en la izquierda oxoniense. Además, el requisito de la falsación no resulta satisfecho: en realidad, no hay experiencias que nieguen que «Dios existe», sino sólo algunas que niegan que no exista (aque­ llas en que se percibe lo personal). Cuando se percibe lo imperso­ nal estaríamos a la espera de una experiencia del otro tipo, no negando que Dios exista, ya que, como ocurre con cualquier otra cosa, Dios no necesita ser percibido por todos ni continuamente para evitar tal negación. Esta segunda objeción a Ramsey puede, sin embargo, considerarse salvable: aunque Flew pidiese un crite­ rio para falsar la existencia de Dios, y no su no existencia, tanto una como otra cosa consiguen lo que Flew en el título pedía: dar un significado a la proposición que afirma su existencia distinguién­ dola de la proposición que lo niega por la observación de una experiencia determinada. La primera objeción, la de subjetivismo, resulta más plausible: Ramsey no da criterios para distinguir su «hacerse la luz» da una alu- 18 Vid. el texto de T omás de A quino en las Cuestiones disputadas, De potentia, 7, 2, ad 5. 19 Traducimos así las expresiones de Ramsey, propias del inglés, «the light dawns» o «the penny drops». Vid I. T. R amsey , Religious Language, Londres 1957, pp. 19ss. Traducción italiana: Il linguaggio religioso, Turin 1981, pp. 18ss. 20 I. T. Ramsey, o. c ., 1981, p. 24.

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