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252 POLICARPO FELIPE ALONSO que te ha de oprimir la calamidad, y no has de poder remediar la... veras súbitamente salir de esse monte (señalando al Etna, cuya falda es el sitio de aquella ciudad) unas llamas furiosas que... llegarán a tus mismas puertas, te abrasarán hasta los cimientos, te consumirán, y te traerán al ultimo estrago sin con lagrimas de dolor y de penitencia... no procuras apagar el ardor de la ira del cielo*4l6. También pronosticó la destrucción de la ciudad de Regio por los sarracenos, cosa que tuvo lugar años más tarde417. Similares a las de Bernardino, son los clamores de Juan de Fano a la ciudad de Bourges para que hubiese reconciliación y paz entre sus ciudadanos: «... si no dexas los odios, y enemistades, y aplacas al Señor con tu penitencia, verás corriendo brevemente la sangre en toda esta plaza de tu ciudad»; días más tarde «murieron en la plaza catorze de los mas nobles de la ciudad, que la llenaron toda de san gre, conforme al pronostico»418. También Mateo de Bascio pronosti có una calamidad sobre la ciudad de Urbino 419. Estos tres casos a los que hemos hecho referencia tienen algo en común: el hecho de que los motivos de la profecía del castigo sean los pecados del pue blo o de los habitantes de las mismas ciudades. También comparten un tipo de predicación que podríamos adjetivar como apocalíptica y que exige la renovación de las costumbres, de los vicios y de todos aquellos comportamientos que no agradan a Dios. Pero, además de estos tres casos que nos cita la crónica, hay otro con tintes no nega tivos ni de castigos, sino más bien positivos. Se trata de la predic ción que hizo fray Luis de Regio cuando predicaba por zonas cala- bresas: «En ocasión que la tierra se hallava tan seca por no aver llo vido, que amena^ava una grande esterilidad de frutos, mirándose el cielo sereno y claro, y sin descubrir una nuve en el, dixo a los oyentes, que en el mismo dia en que estavan, avian de tener una copiosísima lluvia, con que los campos resucitasen, y la esterili- 416 Lib. 5, cap. XXII, n.138, pp. 255-256. 417 Id., n. 140, p. 256. 418 Lib. 7, cap. VII, n. 52, pp. 318-319. 419 Lib. 11, cap. XIII, n.85, p. 509.
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