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248 POLICARPO FELIPE ALONSO nuestro por su salud. El piadoso varón consoló a la madre, y haziendo una breve oracion, y sobre la mexilla de la muchacha la señal de la cruz, desterró della el cáncer y la dexo sana instantá­ neamente...» 405. Tanto el gesto de la oración como el de realizar la señal de la cruz nos están hablando del ejercicio de los milagros en vida y de una fama de santidad de estos personajes ya durante su vida. Otro medio por el cual se alcanzaba la curación era la visita al sepulcro, en total hemos contado 18. Si ojeamos la tabla final podre­ mos comprobar cómo el santo que más se caracteriza por este tipo de visitas es Mateo de Bascio. El 85 % de los milagros que realizó son debidos a las visitas de los fieles a su sepulcro, lo cual indica no solamente que este hombre gozaba de una gran fama de santi­ dad, sino que existía un culto bastante desarrollado hacia su perso­ na. Esto es importante tenerlo en cuenta por la incidencia que ten­ drá después a la hora de abrirle un proceso de beatificación, ya que para que esto se lleve a cabo no solamente es necesaria una fama de santidad, sino también la existencia de un culto de importantes caracteres. Finalmente el fenómeno de las reliquias, muy desarrollado en este ámbito. También se nos relatan muchas curaciones mediatiza­ das por objetos que habían tocado los santos, o pedazos de hábito; concretamente son 20 los milagros realizados mediante las reliquias. Los objetos y partes del cuerpo que sanan son variados; por ejem­ plo, se nos habla de un pedazo de hábito perteneciente a Francisco Titelman, que iba curando a todo aquel que lo tenía 4o6. Un dedo de fray Luis de Regio iba sanando también a aquellos que se lo aplica­ ban en sus partes enfermas 407. Incluso beber del mismo agua del que bebía una de estas figuras, o aplicarse las zonas enfermas con el agua que servía a estos santos para lavarse los pies llevaba a la sanación. 405 Lib. 11, cap. VIII, n. 51, p. 493. 406 Lib. 6, cap. XVI, n. 109, p. 296. 407 Id., cap. XII, nums. 74-76, p. 285.

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