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242 POLICARPO FELIPE ALONSO digio, viendo un cuerpo humano entero y lleno de fragancia al fin de tres años» 392. La traslación de fray Luis de Regio no acarrea tantos problemas como la de fray Mateo, aunque ésta no es la única por lo que a pro­ blemas toca. Las disputas por apropiarse las reliquias de Juan de Fano produjeron enfrentamientos importantes entre dos ciudades, Fano y Durando: «... movida con la fama de los milagros del santo varón la ciudad de Fano, su patria, no huvo diligencia, que no inten- tasse con sumo esfuerzo para llevar a si el precioso deposito de su ciudadano, hasta valerse de la autoridad, y favor del duque de Urbi- no. Pero fueron en vano los esfuerzos y diligencias, porque la fe y devoción de los de Durancio con el siervo de Dios, permaneció siempre tan firme y constante que no quisieron privarse de tal reli­ quia, antes la conservaron y conservan perpetuamente con la devi­ da veneración» 393. Por su parte, los ciudadanos de Regio decidieron arrebatar el cuerpo de Luis de Regio a los de La Mota: «Fue tan copioso el numero de las maravillas que hazia Dios por su siervo con todos los que invocavan su intercession, que los naturales y vezinos de Rhegio, encendidos en deseo vehemente de su ciudada­ no, y no pudiendo hazer que los de La Mota les diessen el milagro­ so cuerpo por ninguno de los medios de paz que intentaron para conseguirlo, se determinaron a tomarle por fuerza de armas y traer­ le a su ciudad. Comentaron a executarse en la forma que lo avian resuelto, caminando á La Mota, que está de Rhegio poco mas de seis leguas, en un gruesso escuadrón de gente bien prevenida. Pero quando llegaron allá, y vieron la innumerable copia de pueblo que acudia a la fama de los milagros, y que era imposible alcanzar lo que pretendian sin gran escandalo y peligro de todo, inspirándoles Dios otro acuerdo mas acertado, se abstuvieron de la violencia que traian en la imaginación, y venerando el cuerpo precioso, se bolvie- ron a Rhegio pacificamente» 394. En la descripción de este fenómeno de la traslación se ponen de manifiesto muchos exponentes importantes del culto, la inco- 392 Lib. 6, cap. XII, n. 71, p. 284. 393 Crónica, Lib. 7, cap. IX, n. 63, p. 323. 394 Lib. 6, cap. XI, n. 68, p. 283.

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