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LA IDENTIDAD CAPUCHINA EN LOS ANALES. 239 aunque hablaremos de su caso a continuación, se nos dice que los endemoniados que visitaban su sepulcro se libraban de sus malos espíritus381. Por tanto, queda puesto de manifiesto el atractivo que suponía para las masas este hecho. 1.2. El fenómeno de la traslación Hasta ahora no hemos hecho referencia al fenómeno de la trasla­ ción de los cuerpos de los más santos. Este fenómeno se daba funda­ mentalmente en aquellos frailes que mayor fama de santidad habían tenido en vida. El relato de la traslación más detallada y significati­ va es el de Mateo de Bascio. Mateo moría la tarde del 6 de agosto de 1552, en la iglesia de san Moisés de Venecia 382. Como dice Bove- rio, «decidió morir en casa agena»383 Su última voluntad fue transmiti­ da a su confesor y era que le enterraran en su convento. A partir de ese momento se desató la reacción de la ciudad, las campanas de las iglesias comenzaron a tocar, los niños por las calles iban gritando: «Muerto es el santo varón, muerto es el bienaventurado Padre fray Mateo» 384. «Concurria innumerable gente á venerar el cuerpo santo, siendo cada momento mayor el concurso» 385. Boverio relata con una preciosa descripción el intento de tras­ lado del cuerpo por parte del cura de la iglesia de san Moisés a la iglesia de san Francisco de la Viña, que era de los observantes, algo que fue imposible debido al gran tumulto de gente que impedía el paso del cuerpo 386. Eso hizo que el cura de la iglesia de san Moisés retrocediera de nuevo con el cuerpo con la intención de dejarlo en su iglesia. También hemos hecho referencia ya al buen olor que salía de su cuerpo, pero con el fin de comprobar si ese olor proce- 381 Lib. 11, cap. XIX, n. 126, p. 526. 382 Nuestro cronista apunta que moría la tarde del 5 de agosto, que caía en sábado. Según el calendario véneto, en Venecia, el día comenzaba entonces en la tarde, con el ocaso. La fecha de la muerte puede oscilar entre el ocaso del día 5 y el del 6. Boverio, cuando apunta su fecha, no se está refiriendo al calendario véneto. 383 Lib. 11, cap. XVIII, n. 119, p. 522. 384 Id., p. 524. 385 Id., n. 123, p. 524. 386 Id., p. 524.

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