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LA IDENTIDAD CAPUCHINA EN LOS ANALES.. 223 allí partieron a El Cairo, siguiendo el ejemplo de san Francisco, ciu­ dad en la que encontraron el martirio 359. El relato del martirio que nos facilita Boverio se centra en la fija­ ción y el empeño de estos dos hermanos por convertir al Caddi de la ciudad a la religión católica. No son muchos los detalles que se dan del mismo, pero es muy significativo comprobar la alegría que produ­ cía en ellos la tortura a la que fueron sometidos. Cuando se los man­ daba azotar «alabando a Dios Señor nuestro con suma alegría, predica- van en el mismo suplicio la fe católica al pueblo engañado» 36°. El convencimiento de estar recibiendo una gracia por Cristo y la imita­ ción de su pasión están presentes en los castigos: «Mira, o infeliz, lo poco que estiman tus tormentos los siervos de JesuChristo, que imitan sus passos y guardan su ley, y por otra parte, lo mucho que los esti­ man, por ver que ellos están previniéndoles la corona» 361. Finalmente ambos hermanos murieron de hambre y de sed en una mazmorra. Termina Boverio el relato de sus vidas con estas significati­ vas palabras: «Y este es el fin bienaventurado de uno y otro fray Juan, que aviendo glorificado al Señor con sus raras virtudes, recibieron en premio de su santidad ser glorificados del mismo Señor con un linaje tan ilustre de muerte, y admitidos en el numero de los mártires»362. Podemos concluir diciendo que el modelo de santo mártir des­ taca por la búsqueda incesante del martirio, y para ello se ejercita en todo tipo de actos con el fin de obtener de Dios la concesión de esa gracia. Todo este entramado parte de un punto central impor­ tante: la imitación de la pasión de Cristo. Como conclusión general a este apartado de los modelos debe­ mos destacar, una vez más, la relevancia de las figuras que en el capítulo anterior veíamos que sobresalían como fundadores, es decir: Mateo de Bascio, Bernardino de Asti y Francisco Essino. Todos ellos se encuentran en relación directa, o son muestra y ejemplo que configuran estos modelos, lo que viene a corroborar su trascen­ dencia no solamente en la fundación primera, sino como figuras auténticas de santidad dentro de la Crónica. 359 Id., n. 14, p. 479. 360 Id., cap. VI, n. 33, p. 485. 361 Id., n. 35, p. 486. 362 Id., cap. VIII, n. 53, p. 494.

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