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LA IDENTIDAD CAPUCHINA EN LOS ANALES... 211 veces subirse en la plaga sobre las mesas y vancos de los merca­ deres, y con un fervor increíble en tan tiernos años, predicar á los hombres, y exortarlos a la penitencia...» 329. Como podemos apreciar en esta cita sobre Mateo de Bascio, las fuentes de su predicación aparecen claramente descritas: la pre­ dicación apostólica, las vidas de los santos y, una vez más, la vida de san Francisco. Por tanto, el deseo de predicar no nace de la nada en la vida de este modelo de santidad, sino que tiene una base y unos cimientos considerables, todo ello en un sentido de imitación y seguimiento. Por otra parte, la itinerancia pasa por ser la característica más importante de este modelo, ya que se trata de un personaje inquie­ to y que no cesa en su empeño de predicar o evangelizar allí donde se encuentra. Esta itinerancia va mezclada en muchas oca­ siones con el ejercicio de la caridad. Así le ocurre a fray Mateo al enterarse de que la peste de Camerino estaba dejando a muchos hombres sin consuelo y sin atenciones, pero sobre todo en peli­ gro, al morir sin recibir los sacramentos 33°. No es solamente Came­ rino, sino también Alemania, Manfredonia, Troya, La Pulla y otras tantas ciudades en las que se dedica a hacer apostolado y a ejer­ cer la predicación331. El ejercicio de la predicación y del apostola­ do llevó a fray Mateo incluso a abandonar la Orden capuchina al no saber conjugar la vivencia del espíritu franciscano de la Orden con la predicación 332. La propuesta de la predicación del hermano itinerante tenía un claro cometido: «infundir en los pechos de todos (conforme al precepto de N.P.S. Francisco en su Regla) el aborrecimiento y aversión a los vicios, y el amor y deseo de las virtudes, intimarles los mandamientos de Dios y los de la Iglesia, y exortarles a la guarda perfeta suya con la esperanza de los premios eternos y celestiales, y con el horror de 329 Lib. 11, cap. XI, n. 67, p. 500. 330 Id., cap. XII, n. 71, p. 502. 331 Id., cap. XIII, nn. 78-85, pp. 505-508. 332 Lib. 6, cap. III, n. 11, p. 266.

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