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«SI AL SILENCIO LLEGARAS...» ORAR PERSONALMENTE.. 135 como lo veremos, no desecharan las técnicas religiosas por inútiles, más bien lo contrarío. Pero el punto de apoyo definitivo ya no esta­ rá en la piedad. c) Más allá de los análisis sociológicos La Orden, como todo grupo social, ha echado mano de los ins­ trumentos sociológicos para autoanalizarse y buscar caminos actua­ lizados de vida. En todos sus análisis aparece el tema de la oración ya que, como tema integrante de los aspectos místicos de la fe, forma lógicamente parte de nuestro carisma. — Del informe que se elaboró por los años 70 a nivel de Orden extraemos un dato que nos interesa: «La región ibérica mues­ tra un mayor grado de insatisfacción en el modo como vive la ora­ ción (64 % total o parcialmente insatisfechos, contra el 42,2 % de la media») 30. — En el estudio llamado DIS que efectuó nuestra Provincia (como lo han hecho muchas entidades religiosas en España) se decía que «Más de la mitad de la provincia evalúa negativamente su oración personal»31. Más allá de esta clase de datos lo más estremecedor quizá sea el preguntarse si el interés, no la culpabilidad, en torno al hecho orante permanece en nuestro colectivo. Esa es la gran cuestión 32. Somos herederos, al parecer, de una gran tradición orante. Pero todos sabemos que un aspecto carismàtico se lo recrea cuando se lo vive. En el fondo, la interpelación no versa sobre una tradición sino sobre una actitud personal: ¿Puede ser hoy útil el trabajo oran­ te para arribar a la experiencia de la fe o habrá de emplearse otra clase de caminos? ¿Es mezclable el trabajo orante con los otros tra- 30 COMMISSIO GENERALIS DE STATU RENOVATIONIS ORDINIS, Consulta a los religiosos capuchinos sobre el estado de renovación de la Orden, Roma 1973, p. 199. 31 D.I.S., Dinámica de la vida evangélica de la provincia y su misión, Madrid 1990. p. 55. 32 Este mismo Congreso indica el interés institucional por el tema. Pero la pre­ gunta tiene su contexto más propio en la vida de cada hermano y de cada comunidad.