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«SI AL SILENCIO LLEGARAS...- ORAR PERSONALMENTE.. 133 — La Const.53,2 ha quedado así: «Es de suma importancia llegar al pleno convencimiento de la necesidad vital de orar personalmente. Cada hermano, donde quiera que esté, tómese todos los días un tiem­ po suficiente, por ejemplo una hora entera, para la oración mental». En ese «por ejemplo» se verifica el desvalimiento al que nos ha llevado la cruda realidad, ya que equivale a decir: Cada hermano haga oración personal como pueda y cuanto pueda, pero haga algo. No quieren ser este tipo de valoraciones algo que arroje todavía más pesimismo al ya existente. Solamente queremos decir que un plan­ teamiento renovado de oración personal ha de conllevar la toma de conciencia de esta cruda realidad que nos compone: orar nunca ha sido fácil, según parece, pero orar hoy, digámoslo más en concreto, hacer sistemáticamente hoy una hora de oración diaria es, en ver­ dad, una empresa para muchos hermanos material y existencialmen- te imposible. Este dato hay que tenerlo en cuenta liberándolo de cualquier agobio, religioso o moral, como luego indicaremos. b) ¿Tema «insoluble»? La dificultad que conlleva el tema ha hecho que numerosas ins­ tancias de la Orden hayan vuelto con ahínco a lo largo de estos últi­ mos años sobre el tema de la oración personal. Sus aportaciones son muy valiosas, sin duda. Pero al final, tras leer con aprecio y estudiar con tesón dichos documentos, no pocos hermanos han lle­ gado a la conclusión de que estamos ante un tema «insoluble». Queremos reflexionar sobre dos ejemplos, uno de alcance general y otro más local: — A pocos años de la promulgación de las primeras Constitu­ ciones renovadas y publicadas «ad experimentum» el segundo Con­ sejo Plenario de la Orden que tuvo lugar en Taizé del 19 de febrero al 23 de marzo de 1973 versó sobre el tema de la oración. Fue, sin duda, una gran aportación a la espiritualidad de la oración en la Orden. Su aliento en materia de oración personal, su explícito afán por mezclar oración y vida 2Ó, son altamente apreciables. Quiso ser 26 Documentos de los cuatro primeros Consejos Plenarios de la Orden de Her­ manos Menores Capuchinos, Sevilla 1983, nn. 9 y 10.

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