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96 POLICARPO FELIPE ALONSO dulenses»183. Los capuchinos la adoptaron por formar parte de la fisonomía tradicional de los ermitaños, fueran o no camaldulenses. Pero sí es perfectamente legítimo hablar de una herencia, en senti­ do formal, de los camaldulenses con respecto a los capuchinos en detalles que se manifiestan en la legislación capuchina primigenia. Después de esta aclaración continuamos con fray Luis, que des­ tacó, sobre todo, por haber fundado muchos conventos: la ermita de San Cristóbal, cerca de Camerino, fue el primer convento en el que él y sus compañeros «assentaron su primer domicilio»184; estos primeros compañeros fueron fray Mateo y fray Pablo. Fundó también un con­ vento en Monte Melón, aldea de Camerino, porque los hermanos ya eran dieciocho185; edificó en Albacina y en Fossombrone186; en Roma, un convento muy pequeño en una iglesia pequeña dedicada a Santa María de los Milagros 187. Los edificios eran de una pobreza extrema como lo muestra esta cita: «... que se usase varro en lugar de yeso y de cal: que las cel­ das fuesen tan pobres y tan pequeñas que tuviessen capacidad limi­ tada a las tablas solas, que servian de camas; y de manera, que extendiendo los bracos a una parte y a otra, se tocassen con las manos ambas paredes, hechas estas de unas mimbres texidas, tal vez desnudas... Todo el edificio en fin era tan grosero, tan vil, y tan despreciado, que representava vivamente una suma pobreza»188. Resulta muy característica la alusión a la pobreza de los edifi­ cios en los que se instalan los capuchinos, y todo ello con una fina­ lidad muy clara, la de resaltar el amor a la pobreza por parte de los superiores, en este caso fray Luis. Sin embargo, el tono de la redacción cambia cuando éste se niega a convocar el capítulo general, algo que se concebía como necesario ante la gran multitud de hermanos que ya existía, y la necesidad de organizados. Se dice que fray Luis «gobernaba la reli- 183 V illapadierna, «Documentación del Archivo General», 423. 184 Lib. 3, cap. VII, n. 29, p. 125. 185 Id., cap. VII, n. 31, p.126. 186 Id., cap. XII, n. 60, p.136. 187 Id., cap. XIX, n. 163, p. 157. 188 Id., cap. VII, n. 33, p.127.

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