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LA IDENTIDAD CAPUCHINA EN LOS ANALES. 91 sava sujeción a su Orden, presentándose a sus Capítulos, para cum­ plir con el mandato del mismo Clemente Séptimo»l66. Esto es una coletilla de Boverio que viene a significar que, aunque Mateo se pasó finalmente a los observantes, no adoptó escrupulosamente la forma de vida de éstos, sino que de alguna manera siguió vincula­ do a los capuchinos. Una vez más podemos comprobar la trascen­ dencia del hábito, unido siempre a la identidad. Lo que sí es cierto es que no hay una explicación clara del motivo de tal desvincula­ ción de Mateo. Ni siquiera le convence al mismo Boverio la razón del abando­ no de los capuchinos por parte de Mateo, «... porqu e si querem os exam in ar la que huvo de parte de fray Mateo, no se ofrece ninguna que sea legitima. Pues quien duda, que si hubiera pedido licencia al general fray Bernardino para con tinuar la p red icación libre, que tanto am ava, él se la hubiera dado facilissimamente atendiendo... a la notoria santidad de su vida?... Y assi se vé, que no tuvo causa suficiente, y propor­ cionada para el acuerdo que tom o»167. Todo esto lleva a nuestro cronista a concluir que Mateo, «jamas tuvo pensamiento de instituir, ó propagar la Reformación, sino sola­ mente de predicar el santo Evangelio, que era la vocacion celestial, que él sentia en si, y a quien procurava corresponder con la pureza de sus costumbres, y la santidad de su vida»l68. Por lo tanto, queda claro que Mateo únicamente buscaba un espacio para poder desarrollar su vocación, la predicación del Evan­ gelio, algo que tuvo un carácter prioritario en su vida, por encima incluso de la opción capuchina. El mayor impedimento para él era el hecho de que se le privara de libertad mediante cualquier tipo de sometimiento. Mateo moría la tarde del 6 de agosto de 1552. Nuestro cronista busca destacar en su redacción al Mateo santo, y para ello recurre al género del relato de su vida desde su infancia, y a mostrar que 166 Lib. 6, cap. III, n. 11, p. 266. 167 Id., cap. III, n. 12, p. 266. 168 Id., n. 13, p. 266.

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