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LA IDENTIDAD CAPUCHINA EN LOS ANALES. 89 sino vivir una vida más coherente con el ideal evangélico que pro­ metió. Una vez relatadas las vicisitudes de la conversión y los prime­ ros pasos de Mateo, Boverio ensalzará sus dotes como predicador, peregrino y santo. Destaca sobre todo por su labor apostólica y su predicación. En la Marca de Ancona «predicava la palabra divina con tal fer­ vor, y les intimava las penas eternas, y cruelissimas del infierno...»158 Los medios que utilizaba en la preparación de su predicación no era los libros, sino «ayunos estrechos a pan y agua, regurosissimas disci­ plinas, vigilias perpetuas, noches enteramente ocupadas en distintas contemplaciones, fervorosas asistencias á la oracion, lagrimas, y sus­ piros innumerables...»159 Fruto de toda esta ascesis preparatoria eran unas «palabras no vestidas de flores, no lisongeras, ni dulzes al oido, no aliñadas con vozes de estudiosa eloquencia, sino simples, corrien­ tes, rudas, y sin color alguno Retorico» l6°. Mateo será un claro expo­ nente de la predicación sencilla y sincera, preparada con gran rigor ascético. Después de haber predicado y de pedir de puerta en puerta, cuenta Boverio que «se recogia en un establo, o cabaña; y en abien- do tomado un breve reposo, passaba la mayor parte dellas (las noches) en oracion»161. Otra de sus virtudes es la caridad para con los enfermos, algo que ya había demostrado cuando atendió a los apestados de Came­ rino en 1523, y varios años más tarde en la misma ciudad a causa de una epidemia, lo que le valió la admiración de la duquesa de ese condado, que tanta ayuda le aportó después. Boverio cita: «Exor- tavalos a que llevassen su mal con paciencia, aplicavales las medici­ nas, davales de comer, administravales los sacramentos, ayudavales a bien morir, y enterraba los muertos con inagotable y perpetuo fer­ vor. No perdonava ningún trabajo, no le espantaba ningún peligro, 158 Id ., cap. XV, n. 78, p. 56. Otras referencias a su predicación las encontra­ mos en Lib. 2, cap. I, n. 1, p. 65; Id., cap. III, n. 13, p. 69. 159 Id., cap. XVI, n. 87, p. 59. También en Lib.2, cap. I, n. 6, p. 67. 160 Lib. 1, cap. XVI, n. 88, p. 59. 161 Lib. 2, cap. I, n. 3, p. 66.

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