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88 POLICARPO FELIPE ALONSO El papa le concedió autorización para vestir el nuevo hábito, el derecho a llevar vida eremítica y también el derecho de predi­ car, pero con una condición: presentarse cada año al capítulo gene­ ral de la Observancia. Mientras Mateo esperaba la confección de la bula por parte del papa, estando en oración, una voz del cielo le increpa: «Qué hazes aquí Mateo? Que aguardas la Bula? No has alcanzado ya lo que pretendías? Levantate, y toma el camino; dexa la Bu la...»154. Mateo partió de Roma y abandonó la idea de reci­ bir la bula. Una vez más Boverio ve en este gesto que la reforma que se iba gestando no dependía de hombres, sino del altísimo consejo de Dios 155. Regresó a la región de Las Marcas y se presentó ante Juan de Fano, provincial de la Observancia en esa región, con el fin de expli­ carle su proyecto y pedir permiso para vivir conforme a él, pero el provincial le encarcela «hasta que la incomodidad del lugar, los ayu­ nos, y penitencias de varios generos con que le exercita, juzgándole apostata, le obligassen á dexar el camino empegado, y le restituyes- sen á la comunidad de su antigua Orden»156. Se le juzgaba apóstata por haber tenido la osadía de abandonar el seno de la Observancia y con esto poner en peligro la paz común de los religiosos, y por ese motivo se le encarcela. Un religioso informó a la duquesa de Camerino, Catalina Cibo de la cárcel de fray Mateo, ella le conocía y le veneraba, ya que dos años antes, en 1523, éste había atendido a los apestados de Camerino. Vemos cómo la labor caritativa de fray Mateo le había dado una fama y una veneración especial por estas tierras. Envió la duquesa dos cartas, una a Juan de Fano y otra al superior del convento de Camerino. Mateo se fugará e irá ante la duquesa, dándole cuenta «con claridad del animo con que se halla- va, diziendo ser, no excitar alguna reformación de la Orden, ó nueva Congregación, porque no sentia en si vocacion de Dios para ello, sino observar el solo la Regla en aquella forma, y manera de habito, lo mas perfetamente que le fuesse possible...»157 Por lo tanto, queda claro que la pretensión de Mateo no es fundar una nueva Orden, 154 Id., cap. XIV, n. 76, p. 56. 155 Id., cap. XV, n. 82, p. 57. 156 Id., cap. XVII, n. 89, p. 60. 157 Id., cap. XVIII, n. 97, p. 63.

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