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LA IDENTIDAD CAPUCHINA EN LOS ANALES. 85 Para llevar a cabo la exposición de todos estos personajes hare­ mos primeramente una contextualización histórica del lugar que ocupan dentro de la Orden, facilitando algunos trazos fundamenta­ les de la vida de cada uno. Después procuraremos descubrir el trato de santidad que Boverio hace de ellos, atendiendo principalmente a las vinculaciones con san Francisco y a los hechos milagrosos rela­ cionados con cada uno de ellos. 2.1. Contextualización histórica 2.1.1. La primera figura capuchina: Mateo de Bascio Nos encontramos ante la primera figura capuchina, el hombre que dio el primer paso para la formación de esta Orden. Mateo estaba dotado de un espíritu especialmente inquieto en lo que a la vivencia de la Regla se refiere, por eso buscó incansablemente la forma de vida que le mantuviese lo más cerca posible de su cum­ plimiento. Su intención reformadora no pretendía, en un principio, atraer tras de sí a una multitud de hermanos, sino que era una ten­ dencia más bien eremítica y personal, fruto de su inquietud, como dice Boverio: «... Mateo no iba con animo de reformarse, no mas que á si, sin tener otra cosa en el animo, recibió con este concepto la voz divina para si solo, juzgando que no se estendia á mas, y verda­ deramente en aquel tiempo, ignorando lo mucho que comprehen- dia. Pero los pensamientos de Dios... no se limitavan a fray Mateo, antes se dirigían amplissimamente á la restauración común de la Orden»146. Nació en Baso y fue hijo de padres labradores y humildes que le inclinaron a la virtud desde la niñez. Durante su infancia Mateo se inclinaba hacia las cosas divinas, oía devotamente la misa, tenía sus ratos de oración e incluso hacía sus ayunos, llegando a predicar a los hombres y a exhortarles a la penitencia. A los diecisiete años 146 Crónica, Lib. 1, cap. Di, n. 57, p. 47.

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