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78 POLICARPO FELIPE ALONSO sámente el divino poder, que muchos no con más diligencia que mirar a los capuchinos, concibian incendio de amor a Dios, y publi­ cavan guerra a los vicios al mismo instante; muchos impelidos con mas eficacia de los exemplos de vida Evangélica renunciavan a las delicias del siglo, y aplicavan el animo a su imitación; muchissimos se esforgavan al menosprecio de las cosas del mundo; y eran sin numero los que hollando riquezas, y desamparando padres, y patria, se apresuravan a los Monasterios, y a los desiertos, siguiento la vandera de Christo, y su cruz». A modo de recopilación final de todo el capítulo, cabría resal­ tar algunas ideas maestras que constituyen el eje sobre lo expuesto en el mismo: En primer lugar, nos encontramos ante la necesidad de una Orden de actualizar cronológicamente su historia e historio­ grafías pasadas. Para llevar a cabo esta tarea es elegido Zacarías Boverio, con el consiguiente mandato expreso de los superiores de que el nuevo relato fuese escrito en latín. La obra se caracteriza por un claro carácter apologético, ante la necesidad de reafirmarse de cara a la Observancia y al mismo Conventualismo, y, a la vez, tiene también una finalidad claramente instructiva, mostrando a los perso­ najes de que trata como verdaderos ejemplos a seguir, como verda­ deras figuras de santidad, y aprovechando, con ello, para perfilar trazos de la identidad capuchina. Para llevarla a cabo existía ya un programa hagiográfico que había sido utilizado anteriormente, pero que fue finalmente recopilado en un documento propio que podría haber sido obra del mismo Boverio, y que muestra claramente las líneas maestras a seguir en la investigación de las figuras de santi­ dad. Por otra parte, el gran interés que suscitó la obra hizo que aflo­ rasen las traducciones en lengua vernácula, y concretamente la espa­ ñola, de manos del padre Francisco Antonio de Madrid, que se ciñó a una traducción no literalista, dando más importancia al sentido y coherencia de los hechos que al desarrollo cronológico-analístico de los mismos, pero sin perder el verdadero sentido original. Hasta aquí todo lo concerniente a nuestro escritor y traductor. En el siguiente capítulo nos introduciremos de lleno en la crónica perfi­ lando los modelos y arquetipos, y las figuras más importantes que la componen.

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