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76 POLICARPO FELIPE ALONSO — Tabla de los libros y capítulos de la primera parte de las Crónicas de los frailes menores capuchinos de nuestro Padre San Francisco. — Indice copiosísimo de todo lo que se contiene en esta pri­ mera parte de las Crónicas de los frailes menores capuchinos. Una vez vista la estructura de la Crónica es preciso subrayar que el contenido de cada libro no se ajusta escrupulosamente al título ya que generalmente suelen ser más amplios, añadiéndose en los mis­ mos vidas insignes de los distintos capuchinos de la primera época. Por tanto, los títulos se ajustan al tema crucial que el autor va a tra­ tar en el libro, pero no de modo exclusivo. Otro punto importante a tener en cuenta es la importancia que adquiere en la redacción el problema del enfrentamiento con la Observancia, presente en todos los libros de la Crónica. Finalmente apuntar también que este primer volumen no abarca hasta 1580 como el de la edición latina boveria- na, sino solamente hasta 1560, para evitar una edición demasiado gruesa 13°. Después de haber analizado al traductor, su trabajo con los Ana­ les de Boverio, se impone un interrogante: ¿Hasta qué punto pode­ mos hablar de una traducción fiel cuando se han cambiado cosas del texto e incluso se han omitido pasajes debido a su crudeza? Perso­ nalmente, reconozco que es de alabar la obra del padre Antonio, una labor ardua y difícil, y el hecho de que realizase su traducción en pocos años. Sin embargo no nos encontramos con una traduc­ ción perfecta, por mucho que el autor quiera justificar todos y cada uno de los cambios que hace para una mejor comprensión en la len­ gua castellana. No le han sido escatimados los elogios por parte de muchos hermanos de la Orden: el mismo padre Juan Ponce de León, el padre Martín de Torrecilla, y el insigne Melchor de Pobladura 131. En honor a la verdad, hemos de reconocer que se trata de una tra­ ducción que no es fiel literalmente al original, debido a todos los cambios a nivel formal que introduce, el hecho de cambiar el estilo analístico por el cronístico, y a alguna omisión. Sin embargo, eso ya lo justifica nuestro traductor cuando habla de las dos formas que 130 Id., Lib. 12, cap. XVIII, n. 152, p. 582. 131 P o bla d u r a , «Traducción y traductores castellanos», 237-261.

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