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74 POLICARPO FELIPE ALONSO tos, y yendo más allá del propio sentido cronológico facilitado por los Anales. Como podemos apreciar en tal cita, el hecho de pasar de Anales a Crónicas no fue una decisión suya, sino de aquellos que le ordenaron la traducción, y nuestro autor, como novicio que era, hubo de someterse a tal voluntad y obedecer. También reconoce el tra­ ductor que omitió «algunas circunstancias» del texto original, sobre todo en lo referente a los orígenes de la Orden y a las persecucio­ nes de que fue objeto «en que se ofrecen lances tan crudos, que, tra- duzidos en lenguaje vulgar, no pudieran correr sin inconveniente por las manos del pueblo sin distinción, a cuyo juizio no fuera cordura fiar una materia tan delicada»128. Respecto a la forma literaria añade: «Ultimamente, en quanto al estilo has de tener por ciérto, que mi intento no ha sido corresponder a la elegancia del original, porque es una cumbre tan ardua e inaccesible, aun para plumas de mayor vuelo, que solo en quien ignorare su perfección, será posible el estudio vano de competir. Tampoco he deseado que el lenguaje sea culto, ni crítico... reputándole con los que mejor le conocen por ageno en materias en que habla el juizio, y princi­ palmente de Historias sagradas... El ornato de la oración ordina­ riamente es una lisonja de los que leen, encaminada a la vanidad del aplauso, más que a la honra y gloria divina... Con que mi tra­ ducción huyendo deste peligro... llevará palabras castas, y sim­ ples, no ambiciosas, ni pretendientes..., sino que atentas al deco­ ro del original a quien sirven, ya que no lo sean de ilustración, por lo menos no le menoscaben la autoridad»129. Por lo que respecta a la estructuración de la obra tenemos que decir que está dividida en doce libros, precedidos de una introduc­ ción al lector, de las diversas aprobaciones eclesiásticas y de un pre­ facio del traductor. Cada uno de esos libros está, a su vez, dividido en capítulos separados por epígrafes. Al final de la obra hay una especie de apéndice que polemiza sobre la verdadera forma del hábito franciscano, seguido de una tabla en la cual se especifican los distintos capítulos que tiene el libro y, finalmente un índice sobre 128 Id., Prefación, f. 12. 129 Id., Prefación, f. 15.

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