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LA IDENTIDAD CAPUCHINA EN LOS ANALES. 71 la controversia acerca de la verdadera e ininterrumpida sucesión de los hijos de san Francisco; además, el 20 de junio de 1658, y más adelante, el 20 de noviembre de 1663, la misma Sagrada Congrega­ ción determinó que en adelante no se publicara ninguna obra acer­ ca del legítimo origen de los frailes capuchinos desde san Francisco y acerca de la verdadera forma del hábito. 2.8. La traducción al castellano: padre Antonio Moneada de Madrid 121 En este contexto de enfrentamientos constantes Observancia- capuchinos, surge la necesidad de traducir la obra de Boverio debi­ do al gran influjo de la obra, y se encargó al padre Francisco Anto­ nio de Madrid la confección de tal tarea. En las diferentes historias de la provincia castellana se hace solamente una referencia al padre Francisco como el autor de la traducción de los Anales boverianos, sin ahondar en mayores explicaciones referentes a contexto, senti­ do, motivos 122. Un texto de Melchor de Pobladura ilumina estas carencias: «Estos Anales eran una apología de la Orden, que intere­ saba a todos sus miembros; pero en cierto sentido, por haber sido escritos en latín, eran accesibles a los sectores de la cultura y a los sacerdotes, mientras que era muy útil, si no necesario, que todos pudieran servirse a manos llenas de esta mina de historia y de espi­ ritualidad, y que el pueblo de todas las expresiones filológicas se pusiera en contacto directo con esta imagen documentada del fraile que encontraban por todos los caminos de Europa, mezclado con él en sus dolores y pesares, anunciando la palabra de Dios o asistién­ dole cuando la peste o la guerra sembraban el exterminio»123. Esta cita muestra claramente el sentido de la traducción de dichos Ana­ les: de cara al pueblo se buscaba su edificación a través de las figu­ ras y las vidas de éstas relatadas en la obra, a la vez que dar a cono­ cer la nueva Orden. Por lo que respecta a los frailes, y esto lo resalta 121 Lexicón Capuccinum, 627-628. B. d e C a r r o c er a , La provincia de frailes, 136-137. En estas páginas se ofrece amplia bibliografía sobre el autor y su obra. 122 C arrocera , La provincia de frailes, 352. Pobladura, Losfrailes menores, 99. 123 M. d e P o bla d u r a , «Traducción y traductores castellanos de los Anales lati­ nos de la Orden Capuchina», en CF 42 (1972) 242-243.

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