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50 POLICARPO FELIPE ALONSO tante, de entre las cuales la más célebre fue la obra de Cesare Baro- nio titulada Armales ecclesiastici, cuyo primer volumen salió en 1588. Utilizó el mismo género que habían usado las Centurias para expo­ ner y reseñar acontecimientos que tuvieron lugar desde el inicio de la Iglesia, todo ello año por año y documentado por todo tipo de fuentes tanto editadas como inéditas. De esta forma comenzó una nueva época dentro de la historiografía católica, constituyendo un modelo para posteriores composiciones historiográficas 85. Por lo que respecta a los Hermanos Menores, en aquel tiem­ po tenían dos historias publicadas: la Cronaca dei Frati Minori, de Marcos de Lisboa, editada en tres volúmenes entre 1556 y 1570, que más que una historia de la Orden era un compendio de bio­ grafías de hermanos santos en el cual importaban más sus mi­ lagros que las vicisitudes históricas de la Orden. Y también se encontraba la obra de Francisco Gonzaga: De origine seraphicae religionis, publicada en 1587, más apropiada y actualizada que la de Marcos, pero también incompleta y con muchos errores tanto cronológicos como topográficos. Aunque estas obras quedaron anticuadas por su método de exposición y el hecho de estar priva­ das de referencias bibliográficas, no dejan de ser dos buenas apor­ taciones a la historiografía franciscana que cumplieron con holgu­ ra su cometido. El método que Baronio había utilizado valoraba más los acontecimientos y afirmaciones de todos aquellos perso­ najes de los que se informaba en los documentos principales. Esta necesidad de actualización, junto con la polémica desatada por el escritor dominico Abramo Bzovio, continuador de Baronio en la confección de los Anuales de ló ló a 1637, el cual había pasado por alto toda la historia de los Hermanos Menores, mientras que era muy abundante en sus referencias a los hechos de la historia de los dominicos, puso de manifiesto la necesidad de realizar una nueva historia franciscana que debía suplir las omisiones de Bzo­ vio y reparar los errores. Los superiores vieron en Lucas Wadingo 85 B. P a n d z ic , «Gli ‘Annales Minorum’ del P. Luca Wadding», en SF 54 (1957) 275-287 86 F. C aso lin i , Luca Wadding O.F.M. L’annalista dei francescani, Milano 1936; J. M ercier , «Lucca Wadding», en DTC XV/2, Paris 1950, 3495-3497; M. O ’C arrol , «Lue Wadding», en DS XVI, Paris 1994, 1281-1283.

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