PS_NyG_2002v049n001p0007_0126

38 POLICARPO FELIPE ALONSO que el movimiento capuchino fructificó, pero no solamente por su planteamiento, en muchas cosas similar al de algunas familias eremí­ ticas anteriores, sino también por el peso específico de personajes de renombre, duques, marqueses... que ejercieron de protectores de los capuchinos y de representantes suyos ante la Santa Sede. El papa Clemente VII con la bula Religionis zelus, de 1528, aprobaba la exis­ tencia de los capuchinos. Con esto, la naciente Orden capuchina se convirtió en el punto de referencia de varias familias reformadas que no veían salida en una Observancia dedicada a ponerles trabas e impedimentos. Tenemos claros ejemplos de esto con el paso de las familias calabresas al seno de la nueva Orden 62, y también de obser­ vantes de peso como Bernardino de Asti y Francisco de Jesi. A solo diez años de los primeros pasos, los miembros del nuevo instituto eran unos 700, divididos en 12 provincias religiosas. En solo cincuenta años llegaron a ser 3500 religiosos, 18 provincias y 300 conventos, y se vio la necesidad de abrir las fronteras: Grego­ rio XIII, en 1574, les concedía plena libertad de movimiento. Sin embargo, no fue fácil asentar la nueva reforma de cara a los obser­ vantes, recelosos de toda escisión, por eso las contiendas entre ellos y los capuchinos estuvieron a la orden del día. La época más dura y en la cual la relación se recrudeció más fue durante los pontificados de Clemente VII y Paulo III. Clem ente VII (1525 -1534) El primer documento que tenemos de este papa sobre el con­ tencioso capuchinos-observantes, es el breve «Cum nuper ad nostras aures», expedido el 8 de marzo de 1526 a petición de fray Juan de Fano, provincial observante de Las Marcas, y dirigido a las autorida­ des eclesiásticas. En él se declaraba apóstatas y excomulgados a Ludovico y Rafael de Fossombrone y a Mateo de Bascio, del cual ordenó su captura 63. Los dos primeros también eran observantes en 62 V. C r isc u o lo , «Cappuccini e recoletti calabresi», en Ludovico da Fossombro­ ne, 175-266. 63 Documento desconocido por los primeros cronistas e incluso por el cronis­ ta oficial, Boverio. I sid o r o d e V illapad ierna , «Documentación del Archivo General de la Orden sobre la reforma capuchina (1525-1536)», en CF A 8 (1978) 420.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz