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34 POLICARPO FELIPE ALONSO una autonomía en el seno de cada Provincia, dependiendo, en un principio, solamente del ministro provincial. Los primeros brotes los tenemos en la provincia de Castilla en 1413. A partir de ese año las campañas de reforma llevadas a cabo en los conventos comenzaron a dar fruto. En 1446, Eugenio IV ponía las bases de la nueva organi zación de los observantes hispanos, facultándoles para tener cinco conventos en cada provincia. De esta forma, quedaba definitivamen te constituida en la cristiandad la familia de la Observancia o Regu lar Observancia. El término «Observancia regular» aparecía por pri mera vez en esta provincia, en una concesión que Benedicto XIII hace en 1412 a los hermanos del eremitorio de Santa María de La Rábida, dándoles licencia para vivir allí en regular observancia y bajo la obediencia del ministro general54. Desde entonces el crecimiento de la Observancia fue en aumento. Si en 1434 se habla de ocho conventos observantes en Castilla, en 1477 se cuentan más de sesenta. El número creció debi do a las violentas conquistas de conventos urbanos en Castilla que pertenecían a los conventuales: Valladolid, Salamanca, Palencia, Soria, Plasencia, Molina, Ciudad Real, Cuenca, Toledo... Si la ane xión de los conventuales fue complicada, más difícil iba a ser el pro ceso de acercamiento y fusión entre observantes y ermitaños u ora- tonianos. En la provincia de Santiago se llegó a una fusión paulatina; en Castilla, los oratorios lograron conservar su propia fisonomía den tro de la Observancia; y en Aragón las disputas tuvieron lugar ya con la reforma de Cisneros, y se centraron en el eremitorio de Santo Espíritu del Monte 55. Aparece así la figura de Cisneros 56 y su influjo reformístico con una idea muy clara: la superación del Conventualismo y la reunifi cación de la Orden en la Observancia, aunque para ello hubiese que tomar los conventos de los primeros a la fuerza. La Observan- 54 F. A ccrocca , «La bolla Religionis zelus e la tradizione dei compagni di Fran cesco», en Francesco e le sue immagini, Padova 1997, l65s. 55 G arcía O ro , -Conventualismo y Observancia», 283. 56 Para una visión más clara de todo el proceso reformista de Cisneros respec to a la Orden Franciscana cf. Id., El Cardenal Cisneros II, Madrid 1993, 126-234. En esta obra actualiza su clasico Cisneros y la reforma del clero español en el tiempo de los reyes católicos, Madrid 1971.
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