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LA IDENTIDAD CAPUCHINA EN LOS ANALES. 29 el hecho de asumir competencias pastorales que en un principio no estaban incluidas en el proyecto originario pero que más tarde se perfilaron como fundamentales 43. De un modo más genérico hay que hacer alusión también al contexto de crisis socio-económica del siglo xiv y al impacto negativo que tuvo sobre la vida religiosa, así como a los problemas generados por el Cisma de la Iglesia. La Orden, pues, evoluciona con el tiempo, esa evolución susci­ ta en muchos hermanos una preocupación al considerar que se esta­ ba perdiendo lo más originario del espíritu primigenio y fuerza en ellos una búsqueda, una vivencia más profunda de ese mismo espí­ ritu. Todo gira en aras de una mayor preservación de la originalidad primera. En Italia, el primero que intentó restaurar la vida franciscana fue Juan del Valle. En 1334 obtenía un permiso del general para retirarse con cuatro compañeros al eremitorio de san Bartolomé de Broglia- no, y para observar la Regla libre de las declaraciones pontificias. En 1350, Gentil de Espoleto encabezaba este grupo y Clemente VI, además de aprobar el modo de vida, le cedía otros cuatro eremito­ rios: Carceri, Montelucco, Giano y Portaría, con la exención de la jurisdicción del ministro provincial de la Umbría. Las innovaciones que Gentil introdujo, sobre todo un hábito más estrecho y corto que el impuesto por las Constituciones, y el hecho de acoger a hermanos sospechosos de pertenecer a los espirituales, hicieron que en 1354 el ministro general, reunido con los ministros provinciales, viera en ellos una nueva amenaza para la unidad de la Orden, muy afectada desde el enfrentamiento con Juan XXII. En 1355, Inocencio VI revo­ caba las concesiones de su predecesor y disolvía la nueva familia franciscana. A pesar de esto, la idea de un retorno al ideal primitivo, a la vida austera de los primeros hermanos de la Orden, sobrevivía. Esta fue retomada por Paoluccio Trinci en el mismo eremitorio de Bro- laicas y la lógica de la vida ciudadana». A toda esta acentuada urbanización se va a contraponer una experiencia eremítica más solitaria, preferida por los espirituales. C . C ar g n o n i , «L’Osservanza francescana nell'Italia centrale nel primo quarto del seco­ lo xvi«», en Ludovico da Fossombrone, 70. 43 Cf. G. M ic c o l i , «Problemi e aspetti della vita religiosa nell'Italia del primo Cinquecento e le origini dei cappuccini», en Ludovico da Fossombrone , 9-48.

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