PS_NyG_2002v049n001p0007_0126

LA IDENTIDAD CAPUCHINA EN LOS ANALES. 111 juntamente (aunque él lo ignorava) el misterio de la nueva Reforma­ ción, tanto de verdad mas digno de ponderarse, quanto es sin duda, que no cubrió al pobre con los remiendos, sino a Christo en la per­ sona del pobre» 254. Pero esta afinidad con san Francisco deviene tam­ bién en un apoyo constante a la empresa comenzada por Mateo, que en todo momento se ve guiado por la figura del Fundador. En una ocasión, relata Boverio, se le apareció caminando con hábito capu­ chino 255, lo que sirvió para que su inquietud quedase ratificada desde el punto de vista formal, la vestimenta originaria de san Francisco, la cual se convirtió en un importante signo de identidad, ya que su uso se vinculaba con la vivencia de la Regla auténtica y con la pobreza. Una vez más vemos cómo se hace patente la relevancia e importan­ cia del hábito y la necesidad de vestir el original. Otra muestra importante del apoyo del Fundador primigenio a la reforma capuchina se da durante la vida de fray Francisco Essino, al cual se le aparecen san Francisco y san Antonio, los cuales le die­ ron un báculo con el que visitó la Orden 256. Este báculo viene a ser símbolo de la autoridad y del gobierno, no olvidemos que este per­ sonaje fue capaz de volver a implantar la paz después de la fase turbulenta de Ochino. En las otras figuras no existe una vinculación directa con san Francisco, aunque sí podemos destacar algunas virtudes específicas. Por ejemplo, la importancia de que gozan para Bernardino de Asti el primado de la oración y de la santa pobreza, no es más que una pretensión de adecuarse, con la mayor perfección posible, a la forma de vida propuesta por el Fundador. Con todo, vemos cómo la figura del Fundador no constituye solamente el arquetipo fundamental de la reforma, sino que tam­ bién interviene de manera directa en la misma. Boverio pretende amarrar los orígenes de la reforma no sólo a la divinidad, sino tam­ bién a la figura de san Francisco. 254 Id., cap. IX, n. 56, p. 46. 255 Lib. 1, cap. VIII, n. 50, p. 44. 256 Lib. 8, cap. XIII, n. 106, p. 365.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz