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110 POLICARPO FELIPE ALONSO 2.2. Tratamiento de santidad Hasta aquí hemos expuesto en grandes trazos la vida de estos hermanos que hacen entre todos las veces de Fundador. Evidente­ mente que limitar la existencia o la fundación de la Orden solamen­ te a estos seis personajes sería simplificar demasiado, ya que todos ellos estuvieron rodeados en todo momento por hermanos que for­ maban parte de esa primera comunidad capuchina y que, directa o indirectamente, colaboraron para que tuviese lugar dicha fundación. Pero Boverio no se limita solamente a establecer una serie de pará­ metros históricos de estos hermanos, sino que también, y en mayor medida, propone un tratamiento de santidad concreto en alguno de ellos, y esto lo podemos entrever si tenemos en cuenta las vincula­ ciones con san Francisco y algunos signos milagrosos que de ellos se nos facilitan. El mayor o menor grado de la santidad atribuida puede servirnos de baremo para calibrar la mayor o menor respon­ sabilidad de cada uno. 2.2.1. Vinculaciones con san Francisco Son abundantes en el caso de Mateo de Bascio, sobre quien Boverio crea una afinidad concreta con san Francisco. En los distin­ tos pasajes que configuran el relato de nuestro cronista se pueden apreciar características de pasajes de la vida de san Francisco en la vida de Mateo. Por ejemplo, tenemos que Boverio no hace una clara división del proceso que Mateo de Bascio sigue a la hora de refor­ marse; sin embargo, sí se nota claramente que este proceso de con­ versión que sufre Mateo guarda mucha similitud con el de san Fran­ cisco (indecisión, beso al leproso, revelación divina, peregrinación a Roma...), lo que nos lleva a concluir que Boverio ha utilizado el modelo de conversión de san Francisco para expresar el de este per­ sonaje. Del mismo modo, nuestro cronista se vale de detalles y ges­ tos para establecer similitudes con san Francisco, como por ejemplo el gesto de Mateo con un pobre que le pide limosna y al que le cede un pedazo de su hábito, hecho que lo aprovecha Boverio para asimi­ larlo al mismo gesto de san Francisco: «Con lo qual, aviendo imitado en tan pia acción el exemplo ilustrissimo de nuestro Padre san Fran­ cisco, que tomó de otro pobre también el origen de la Orden, recibió

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