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108 POLICARPO FELIPE ALONSO 2.1.6. El perseguidor arrepentido: Juan de Fano Juan de Fano era el provincial de la Observancia durante el nacimiento de la reforma capuchina, el principal obstáculo que trató de impedir ese principio y posterior desarrollo con persecuciones, reprensiones y encarcelamientos constantes. No desempeña, dentro ya de los capuchinos, un cargo tan importante como los anteriores autores, ya que no llega nunca al generalato. Sin embargo, su apor­ tación espiritual no deja de tener cierta relevancia, algo que aprove­ cha nuestro cronista para ponerlo de manifiesto, dando un énfasis especial a su conversión. En su cargo de provincial de los observantes, Boverio le con­ sidera como un «varón insigne en letras, grande en autoridad, singu­ lar en consejo, y prudencia, eficaz en dezir, y en hazer, zelosissimo del bien de la Religión; y... tan acreditado en la Orden que ningún negocio considerable se executava sin su parecer» 246. El verdadero motivo de las persecuciones y de los intentos por evitar la reforma, viendo esta descripción de su talante, no fue otro que conservar la Orden sin ningún tipo de escisiones. Al final, la persecución se recrudeció con el fin de evitar la numerosa huida o adhesión de los hermanos observantes a los capuchinos. Pero en Juan de Fano se produce una conversión y al final se une a los capuchinos junto con todos los hermanos de su conven­ to 247. Su proceso de conversión e ingreso no está especificado por Boverio, aunque sí queda debidamente subrayado su arrepenti­ miento. Dentro ya de los capuchinos, destacó como un hombre de gran penitencia y austeridad. Su arrepentimiento era tan sincero que «no cesaba de derramar lagrimas todo el dia, para darse mas a la penitencia... vestido de un habito vil, áspero y despreciado, solia pasar las noches enteras en oración. Alli, cuando no podia escusar el sueño, permitia una breve quietud a los miembros cansados, o sobre la tierra desnuda, o sobre una tabla... andando siempre des­ calzo y sin sandalias» 248. 246 Lib. 2, cap. X, n. 51, p. 82. 247 Id., n. 40, p. 217. 248 Libro 7, cap. IV, n. 25, p. 311.

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