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URGE MEJORAR LA INICIACIÓN CRISTIANA A LA LUZ.. 473 Dos DIMENSIONES ESENCIALES Por una parte, la liturgia no es mera interioridad; por otra, hay que interiorizar el misterio de Dios en ella; también por la oración: personal y litúrgica (n. 1073 y IV Parte hasta el final). A veces, muchas, nuestras celebraciones carecen de tiempo y ambiente de silencio, recogimiento y oración necesarios. Catequesis adecuada y liturgia están, deben estar, íntimamente unidas; y es necesario que ambas terminen en su fin común: la transformación de los hombres: «agant ad hominum transformatio- nem» (n. 1074), citando CT 23). Naturalmente se refiere a la trans­ formación no sólo de las personas individualmente, sino también de las estructuras. Buen resumen final el que se nos da al decirnos que «la cate­ quesis litúrgica se esfuerza en introducirnos en el misterio de Cristo procediendo de lo visible a lo invisible...» (n. 1075) l. LOS SACRAMENTOS DE INICIACIÓN CRISTIANA DENTRO DE LA ECONOMÍA SACRAMENTAL Ése es su contexto vivo y vital del que no hay que separarlos, ni mucho menos aislarlos como un mundo aparte, sino que son un Pentecostés continuado (n. 1076), siempre presente en los sacra­ mentos con su epíclasis (sin ésta no hay sacramento). La liturgia no es sólo bendición de Dios s nosotros, sino que en ella se nos da el Don, que no es otro que Él mismo (n. 1078). En teología está claro que todos los sacramentos tienen una dimen­ sión escatológica (nn. 1077-1078): no son sólo «sacramentos para este mundo; no habrá sacramentos en el más allá, pero sí el fruto logrado en y por estos sacramentos: frutos de salud y salvación». 1 Está equivocada la expresión latina al decir ab invisibili ad visibile proce­ dere. Es al revés.

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