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URGE MEJORAR LA INICIACIÓN CRISTIANA A LA LUZ. 485 ción, que luego dura más de un año o dos (no es cuestión sólo de edad), para la celebración. Y esto sin querer ser elitistas, ni en esta materia ni en ninguna otra sacramental, sino cumpliendo el Ordo confirmationis n. 11: «aetate maturiore conferatur». Dos observaciones, una pedagógica y otra teológica, nos hace a continuación este Catecismo: en primer lugar, que no se confunda la madurez en la fe con la edad adulta natural; y que no se olvide que la gracia bautismal es gracia de elección gratuita e inmerecida que no necesita de ratificación para ser eficaz (n. 1308, citando a santo Tomás, Suma Teológica, 3 q. 72, a. 8 ad 2). Está bien, así es. Pero, a nuestro entender, vivimos en tiempos y circunstancias en que no está mal, está bien, incluso es necesario insistir también en el «ex opere operantis», es decir, en la respuesta libre de fe a la gracia de Dios que se nos anticipa: gracia de Dios y libertad humana. Pero, yendo más allá de la edad adecuada y del tiempo de pre­ paración necesario, este Catecismo pone en claro y en alto los ele­ mentos de esta preparación: su fin es llevar al cristiano a una unión más íntima con Cristo, a una familiaridad más viva con el Espíritu Santo con su acción, con sus dones y vocaciones, para que pueda asumir mejor las responsabilidades apostólicas de la vida cristiana [y eclesial] (cf. n. 1309): en el mundo, en nuestro mundo. Con razón se carga la responsabilidad sobre todo en la parro­ quia: «por esta causa, la catequesis de confirmación se esforzará en suscitar el sentido de pertenencia a la Iglesia de Jesucristo, tanto en la Iglesia universal como la comunidad parroquial». Y añade: «Esta últi­ ma tiene especial responsabilidad en la preparación de los confirman­ dos» (n. 1309). La recepción previa de la reconciliación sacramental, la oración y, a poder ser, una especie de retiro espiritual están, en todo caso, aquí y en otros sacramentos, vivamente recomendados por razones evidentes. Otro tanto ha de decirse de la preparación al sacramento del matrimonio.