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450 ALEJANDRO DE V1LLALMONTE con la debida adaptación a las exigencias de la nueva verdad. Los exégetas actuales no tiene inconveniente en admitir que el autor de Gén 1-11 utilizó materiales de la mitología de los pueblos cir­ cunvecinos para comunicar su mensaje sobre la actuación de su Dios-Yahvé en el ori-gen del mundo, del hombre, de los pueblos y de sus creaciones culturales. A partir de la Ilustración y del fenómeno cultural que llamamos la modernidad, ha surgido entre nosotros una nueva metodología, se dispone de nuevos instrumentos de trabajo que permiten tratar los textos míticos desde nuevas perspectivas: desde la historia de las culturas; de la psicología de la religión; desde la fenomenología e historia del hecho religioso; desde la sociología; desde el psicoaná­ lisis; desde la psicología profunda. Se ha desarrollado el método his­ tórico crítico para la interpretación de los textos de las diversas cul­ turas y de los diversos géneros de expresión literaria 34. El lenguaje especulativo, abstracto (metalenguaje) de la filosofía o de la teolo­ gía no agotan las posibilidades expresivas de la experiencia religio­ sa. Y, con frecuencia, tal lenguaje no sería el más adecuado. Tal como lo concibe la moderna mitología: estudio científico histórico- crítico, psicológico, sociológico de los textos arcaicos/primitivos, el mito es una forma de decir/narrar en la cual se expresa y comunica una experiencia/realidad que no puede ser expresada mediante una definición conceptual, abstracta. Relata aquello que desde el mundo divinal, originario, primordial, supratemporal, da origen y condicio­ na la naturaleza, el sentido, el comportamiento de los hombres y la marcha del universo. Lo narrado por el mito conserva siempre el carácter específico de lo arquetípico/prototípico. Lo que sucedió -en aquel entonces-, en aquel tiempo y en aquel espacio, es modélico y normativo para lo que ha de suceder posteriormente. El lector puede aplicarlo al mito del pecado original. «Entramos aquí en el mito en el sentido en el que hoy le da la historia de las religiones: 34 El nacimiento y desarrollo de este moderno estudio científico crítico de los mitos (mito-logia, logomítica, como dice el autor) puede seguirse en la documenta­ da obra de Ll. D uch , Mito. Interpretación y cultura, Barcelona: Herder 1998. Allí se percibe claro que «el mito da que pensar» a filósofos, exégetas, teólogos, culturalis- tas, psicoanalistas, estructuralistas. Y no sólo a los poetas, novelistas y dramaturgos de tiempos pasados y actuales.

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