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EL MITO, LA FILOSOFÍA, LA TEOLOGÍA, EL DOGMA.. 443 (la cursiva es mía). La teoría del PO, en cuanto quiso realizar un oferta de «teodicea», complicó el problema probablemente mucho más que ninguna otra teoría conocida y poco menos que la solu ción ofrecida por maniqueos o gnósticos. Explicar la inmensa mise ria humana como castigo divino por un pecado, de un hombre, en un primer momento, es mitificar y engrandecer el pecado humano hasta términos inverosímiles, rayanos en los confines de lo divino, transcendental y absoluto. Sólo bajo el impulso de una fuerte «obse sión de pecado» puede hablarse del pecado de un hombre en esos términos. Parece que se oye aquí el eco anticipado de la consigna dada por doctor M. Lutero: ¡hay que enaltecer grandemente al pecado /31. El fracaso de la teoría del PO en su empeño de ofrecer un «teo dicea» se completa con el hecho de que ha olvidado del todo la fun ción de «antropodicea» de defensa y respeto al ser humano, tarea que la teología cristiana debe asumir como algo insoslayable. Porque cada individuo/hombre es creado por Dios a su imagen y semejan za, en santidad y justicia, en amistad y gracia original con Dios. Debe considerarse como una afirmación cargada de antihumanismo (anti cristiana, en el fondo) el decir, durante siglos, y hasta proclamar solemnemente, que todo hombre entra en la existencia con una natu raleza viciada, corrompida; bajo la ira de Dios en muerte espiritual, entregado por Dios a la esclavitud de Satanás (DS 1511). No es fácil explicar que el hombre, ningún mero hombre, por las solas fuerzas do original no sólo no soluciona las preguntas acerca de la bondad de la creación y el origen del mal, sino las agrava... El problema de la teodicea se radicaliza - (la cursiva es mía), pp. 136; 109-136. Si se busca una solución creyente, habría que buscarla camino de la Cruz. No como acto de satisfacción penal, sino como entrega libérrima de Jesús * por amor intenso a la Trinidad y a nosotros - (Bto. J. Duns Escoto). 31 El texto y contexto de Lutero en G. Freund, Sünde im Erbe. Ehrfarungsin- halt der Erbsündenlehre, Stuttgart: Kohlhammer, 1979, pp. 204-205. Allí se recoge esta peligrosa objeción de Nietzsche con la teoría cristiana del PO. «El cristianismo tiene necesidad de la enfermedad... hacer enfermo es la propia y secreta de todo el proceso y el sistema puesto en marcha por la Iglesia». La objeción puede resultar incómoda de resolver para los teólogos que piensan que, si Adán no hubiese peca do, el Hijo de Dios no se hubiese encarnado. Es decir, que cultivan una visión hamartiocéntrica de la historia de salvación, blanco fácil para el agresivo criticismo de Nietzsche.
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