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412 ALEJANDRO DE VILLALMONTE gos neoplatónicos 9. Estas ideas son utilizadas también por teólogos cristianos antiguos que, como es sabido, fueron extraordinariamente receptivos para la filosofía platónica de su tiempo. El mito del «alma desterrada» de la región celeste tiene un paralelo indudable con figu­ ra de Adán expulsado del paraíso. Es conocida la teoría de Oríge­ nes (y, al parecer, no más) sobre cierta la culpa, pecado, fallo de la almas inmortales y su destierro desde la región celeste a esta región sublunar y terrácea 10. Siguieron a Orígenes otros escritores como Dídimo el Ciego y Gregorio de Nisa. San Agustín mismo parece que por algún tiempo fue favorable a esta teoría. Luego la rechazó como incompatible con la fe cristiana. La antecedencia de este «pecado» consiste en que se le describe cometido/ocurrido en un tiempo y espacio, en una circunstancial vital del todo privilegiada en relación a la vida e historia del hom­ bre objeto de nuestro trato y experiencia de cada día: «en aquel entonces» (in illo tempore) en los prestigiosos y divinales inicios de la especie humana. No se trata de una antecedencia/precedencia 9 Esta noticia sobre el pecado «antecedente» exigiría, por lo que se refiere al platonismo/neoplatonismo, alguna mayor precisión que ahora no necesitamos ni podemos dar. Ver mayor información en M. H aauftier , «La philosophie plotinienne du péché et l’utilisation qu’en faite saint Augustin», en Études d ’Histoire littéraire et doctrinale. Quatrième Serie, Paris: Vrin 1968, pp. 137-188; Enrique Borrego, El peca­ do de origen en Plotino y en Gregorio de Nisa, Granada 1991. 10 Parece seguro que la caída del alma y la mancha que el alma contrae al entrar en contacto con la materia corporal, de las que habla Orígenes, no pueden asimilarse a la figura del «pecado original» conocido por la Iglesia latina. El Alejan­ drino desconoce esta doctrina, como la desconocen el Niseno y otros orientales. Ver G. T eich ew ier , Die Sündenlehre des Origines, Regensburg 1958; José V ives S o lé , El pecado original en san Gregorio de Nisa, en XXIX Semana Española de Teología (Madrid 1969), Madrid 1970, 161-191. J. Danielou, Message Évangelique et culture hellénistique. Kerygme. Catéchèse. Gnose, Tournai, Desclée, 1961, pp. 381-390; Henri C rouzel , Orígenes. Un teólogo controvertido, Madrid: BAC 1999, pp. 287-306, espec. Todo el tema de la presencia o no del «pecado original» en los Padres orientales lo retoma Manfred H auke , Heilsverlust in Adam Stationen griechischer Erbsündenlehre: Ireneus-Origenes-Kappadozier, Paderborn: Bonifatius, 1993. Estudio muy documenta­ do pero, a mi parecer, no logra demostrar que la doctrina agustiniana del PO se encuentre entre los Orientales, en su formulación precisa. Aunque algunos de los temas sectoriales que integran dicha doctrina, por ejemplo, la teología de Adán, el empeoramiento de la historia humana por efecto de aquel ‘pecado paterno’ sí se encuentren documentados en ellos.

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