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EL MITO, LA FILOSOFÍA, LA TEOLOGÍA, EL DOGMA.. 411 toriadores de las religiones 8. Poseemos numerosos testimonios de escritores grecorromanos que hablan de la existencia de un cierto, indefinible pero operante «pecado primigenio», pecado ancestral de los antepasados, pecado «antecedente» a la actual historia huma­ na, pero que sería la causa originaria, primordial de la actual míse­ ra condición del hombre histórico. Se le denomina «antecedente» porque se le presenta como ocurrido, cometido, surgido, apareci­ do en una existencia (en una condición existencial) anterior a la existencia histórica actual. La índole de este «pecado» está cargada de imprecisiones, como fruto que es de intuiciones de magos, de adivinos, de los oráculos de los santuarios, de poetas, de mitógra- fos inspirados. Pudo ocurrir tal «pecado» por influjo de los dioses envidiosos/temerosos de que los hombres les robasen la inmortali­ dad; por una fatalidad; por el quebrantamiento de algún tabú fami­ liar o tribal. O simplemente no podemos saber el cómo ni el por­ qué. Pero así fue, así tuvo que ser y así hay que contarlo. La figura del pecado «antecedente» se encuentra muy clara no sólo en los mitos, sino también en los misterios órficos. Pero tal vez logre su mejor expresión en la mitologizante filosofía del platonismo y neo­ platonismo, del gnosticismo cristiano y del semicristiano. Las almas eternas, inmortales, de rango celeste/divinal pierden su felicidad originaria y caen dentro de un proceso de generación, de degene­ ración de las existencias, según el postulado de la ley cíclica del ser, del continuo fluir del eterno retorno de lo mismo. Caída y pro­ ceso que se inicia por el peso mismo de las cosas, por la fuerza del Destino. Como castigo de un «antiguo pecado» son encerradas las almas en la materia grosera, en el cuerpo material que resulta tan gravoso para el alma: «porque el cuerpo mortal es lastre del alma y la vida terrestre abruma la mente pensativa» (Sab 9, 15). Convicción que mucho pondera san Agustín, siguiendo a sus ami- 8 U. B ianchi , «Péché originel et péché ‘antécédent’», en Revue d ’Histoire des Reli­ gions 1169/170 (1966) 117-126; I d ., «Sul peccato originale in prospettiva storico-religio­ sa», en Rivista Biblica Italiana 15 (1977) 131-149; I d ., «Gnosticismus und Anthropolo­ gie», en Kairos 11 (1969) 6-13; Id., Prometeo, Orfeo, Adamo. Tematiche religiose sul destino, il male, la salvezza, Roma 1976; J. E. M ena rd , Péché originel: pensée grec polygenisme et monogenisme biblique, en XXIX Semana Española de Teología, Madrid 1978, 69-78. Un resumen de la cuestión, en A. de V illalmonte , El pecado origi­ nal. Veinticinco años, pp. 187-190.

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