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398 FRANCISCO DE ASÍS CHAVERO BLANCO la redención 298. Desde la primera perspectiva, la redención es la obra que restaura el orden de la justicia. Desde la segunda, el pecado supo­ ne la ruptura del orden de la creación. La encarnación es el comple­ mento de la creación, que tiene unas perspectivas metafísicas e histó­ ricas. Desde el punto de vista metafísico, Cristo es el centro de toda acción de Dios, que Buenaventura describe con el símbolo del círcu­ lo, tomado de Alain de Lille 299. £s el símbolo que expresa el misterio de la vida divina, que transferido al orden de la creación expresa el movimiento del eggressus o exitus y del reditus (proodós-episthrophé). El símbolo del círculo no es la expresión de los ciclos ahistóricos del pensamiento griego, sino la expresión del concepto cristiano de crea­ ción como una realidad temporal, implicando un comienzo y un fin. La Encarnación es el complemento del mundo no en el sentido de una necesidad inmanente. Más bien es la consumación de hecho del orden de la creación pero como un acto del amor divino. Analizar todas estas perspectivas tiene que ser objeto de un trabajo especial. Baste, por el momento, sugerir que en Cristo, hombre nuevo, el movimiento del exitus-egressus entra en el reditus cerrando el círculo. Complemento del mundo y redención no son dos teorías en conflicto sino dos pers­ pectivas del proceso redentor. La teología bonaventuriana del pecado original, en cuanto etio­ logía, y quizá no puede ser considerada de otra manera, tiene la fun­ ción de explicar el orden concreto de la economía de la salvación al suponer la reparatio del orden de la creación. La reparatio es ratio praecipua, explicación lógica, ratio quodam modo inducens, nunca la explicación última que sólo desde el amor humilde de Dios puede venir dada. ¿Es válida para hoy la explicación bonaventuriana del pecado original? Como todas las hamartiologías, tendría que ser sometida a un proceso de re-lectura y revisión. Otra cosa es si este empeño sería fructuoso. En mi opinión habría que revalorizar muchos aspec­ tos de la cristología y del cristocentrismo de san Buenaventura para ver la continuidad histórica de los tres momentos centrales de la his- 298 Cf. Brev. 2, 11 (V, 229); Brev. 4, 2 (V, 242-243); 2 Sent, d 16 a 2 q 3 concl. ad 5 (II, 399); 3 Sent, d 1 a 2 q 3 (II, 28); 3 Sent, d 1 a 2 q 2 (III, 25); Hex 1, 25-30 (V, 333-334); Hex 3, 13 (V, 345); Hex 21, 21 (V, 435). 299 Cf. Alain d e L ille , Theologiae regulae, regula 7 (PL 210, 627).

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