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PECADO ORIGINAL. LA INTERPRETACIÓN DE SAN BUENAVENTURA 367 Este tema, al ser asumido por san Buenaventura, es interpretado como opción o elección entre el bonum inconmutabile y el bonum commutabile. En todo pecado se va a dar esta situación186. Para determinar la naturaleza del pecado original, intentando, por otra parte, conciliar las doctrinas de san Agustín con las de san Anselmo, Buenaventura establece una analogía entre el pecado ori­ ginal y el actual. Éste no es pura perversión, sino que también impli­ ca un elemento positivo. No sólo adversio, sino que comporta una adhesión a un bien conmutable: conversio. Las analogías con la enfermedad física, que se establecen en la descripción del pecado original, hablan de algo más que de un simple distanciamiento del bien, de una privación de justicia original. La enfermedad es la con­ cupiscencia inmoderada que impone una sujeción al espíritu, la necessitas concupiscendi. Al determinar la esencia del pecado original, ésta se puede esta­ blecer de dos maneras, pues los dos elementos se implican, como en el pecado actual quedan implicados. El pecado puede ser la concu­ piscencia que incluye una carencia de justicia original, o bien el peca­ do puede ser la ausencia de justicia original que incluye el desorden de la concupiscencia. En la teología del siglo anterior, san Buenaventura encuentra la concepción de Guillermo de Auxerre, que define el pecado como forn es 187, que es la línea que permite presentar al pecado como con­ cupiscencia inmoderada e intensa 188. También en la teología de san Bernardo el pecado original ha sido descrito con un lenguaje, no ciertamente idéntico, pero en el fondo es sugeridor del desorden introducido en el interior del hombre. La antropología bernardina es tributaria de la concepción de la rectitud que se encuentra en san Anselmo 189. La grandeza del alma 186 Cf. 2 Sent, d 30 a 1 q 1 f. 4 y conci. (II, 721-722). 187 Cf. M agistri G uillelm i A ltisid o ren sis , Summa Aurea, LiberII,tractatus XIV, cap. II, cura et studio Jean Ribaillier (Spicilegium Bonaventurianum XVII, A ), Edi­ tions du Centre de la Recherche Scientifique, Paris, Editiones Collegi S. Bonaventu- rae, Grottaferrata 1982 (II, 516). 188 Cf. 2 Sent, d 30 a 2 q 1 conci. (II, 722). 189 Cf. E. G ilso n , La Théologie mystique de Saint Bernard (Études de Philo­ sophie Médiévale, 20), Paris 51986, 71, nota 1.

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