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PECADO ORIGINAL. LA INTERPRETACIÓN DE SAN BUENAVENTURA 365 Estas propiedades transcendentales se encuentran en toda criatura por razón de la triple causalidad: eficiente, ejemplar y final181. Lo que en un nivel metafísico se da en todo ser creado, es la misma relación transcendental que se da en la voluntad humana. También en ella se da modo, especie y orden, que quedan corrom pidos por el mal, pero se dan en un plano ético, de acuerdo con el ejemplarismo moral. Todo pecado corrompe en la voluntad este tri ple modo de relación 182. Esta visión del pecado es fundamentalmente una visión antro pológica, porque en consonancia con la teología de la imagen ha sido elaborada. Si el pecado es la corrupción del modo, especie y orden, supone que este deterioro contradice la voluntad de Dios en el hombre, y su situación es de debilidad e inferioridad. Como tal, indica un estado más que un acto y una estructura más que un percance. Es así comprensible que san Buenaventura haya armoni zado las teorías de san Anselmo con las de san Agustín y el agus- tinismo. La carencia de justicia original no es nada, sino lleva con sigo una disposición del alma. La explicación anselmiana no puede ser entendida como si se tratara de la expoliación de una parte superior del hombre, que deja intacta a la inferior. Cuando se habla de una expoliación de los dones gratuitos y de una vulneración de los naturales, rechaza la dicotomía que pudiera ofrecerse entre un doble orden. Si el pecado es entendido como una corrupción, se le puede interpretar como una disolución de la armonía humana y en reali dad es lo que nos sugiere la corrupción de los trascendentales modo, especie y orden, en la que consistía la justicia o rectitud ori ginal. La terminología bonaventuriana que habla de enfermedad, incurvación, infección o desorden es adecuada para comprender la idea de desarmonía que el pecado ha introducido en el hombre. 181 «Attenditur enim in unaquaque creatura secundum quod ipse est vestigium Creatoris quod quidem vestigium consistit in comparatione creaturae ad Creatorem secundum triplicem genus causae, sicut in primum librum dictum fuit, ita quod modus attenditur secundum comparationem creaturae ad creatorem in ratione cau sae efficientis, species in ratione causae exemplaris, et ordo in ratione causae fina- lis», 2 Sent, d 35 a 2 q 1 concl. (II, 829). 182 Cf. 2 Sent, d 35 a 1 q 1 concl. (II, 829).
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