PS_NyG_2001v048n003p0313_0399

PECADO ORIGINAL. LA INTERPRETACIÓN DE SAN BUENAVENTURA 363 4. LAS DIMENSIONES DEL PECADO DE ORIGEN La identificación que Buenaventura hace de la concupiscencia con la conversio ad commutabile bonum 169 lleva a preguntarse por las dimensiones del pecado original. Si afirma que la situación de mal y de muerte que el hombre padece es debida a la primera pre­ varicación 17°, el pecado supone un desorden en la condición crea­ da del hombre, y, en este sentido, la teología del pecado original puede ser leída como una «etiología» de la situación miserable del hombre. Sería una conclusión teológica que tiene como punto de partida la presencia del mal en el mundo y la causa de esta situa­ ción no puede atribuirse a Dios, suma bondad. La argumentación que san Buenaventura ofrece, partiendo de los atributos divinos de bondad, justicia, equidad, sabiduría, verdad, justifican a nivel racional la presencia de la situación de pecado como causada por el hombre 171. La doctrina del pecado original puede considerarse como la explicación de la miseria a la que el hombre se ve expuesto, pero más importante es la constatación de la degradación que el hombre ha hecho de sí mismo, la experiencia de su no estar a la altura de lo que de él podía esperarse. La teoría de la rectitud original, partiendo del principio de que todo lo que Dios hizo es bueno, deduce una bondad original y radical de todo, asegurando así una bondad natural de lo creado, que es una condi­ ción dada por Dios 172. Si se puede ensayar una re-lectura del pensamiento bonaventu- riano es porque el mismo Buenaventura ofrece datos para ello. Cier­ tamente hay en las síntesis bonaventurianas un conjunto de elemen­ tos que hoy podemos considerarlo como elementos irreversiblemente periclitados, pero al mismo tiempo hay elementos que se le pueden considerar como válidos, y, que, como conclusión teológica, dan razón de las limitaciones inherentes al hombre. En cuanto a los primeros, hay que resaltar la importancia dada a la figura teológica de Adán, conforme a los métodos exegéticos 169 Cf. 2 Sent. d 30 a 2 q 1 f 4 (II, 721). 170 Cf. 2 Sent. d 30 a 1 q 1 concl. (II, 715- 171 Cf. 2 Sent. d 30 a 1 q 1 f 1-6 (II, 714-7 172 Cf. 2 Sent. d 3 p 2 a 1 q 1 f 3 (II, 113).