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316 FRANCISCO DE ASÍS CHAVERO BLANCO mado «estado original» es un tema que no puede justificarse teológi camente. La Escritura no tiene respuesta para ello, sencillamente porque no existe la pregunta sobre el estado original del hombre 9. Aunque éstos y otros temas se supongan doctrina tradicional, no todas forman parte del datum fide i 10. En la teología de los años cin cuenta, en los manuales españoles del momento se da un fuerte sen tido dogmático, se podría decir que un «dogmatismo» del que quizá hoy pudiera pensarse que lleva a la razón mucho más allá de lo razo nable n . Hoy podríamos considerar abierta, al menos, la discusión sobre sí el pecado original es un dogma definido expresamente por 9 Una obra que ha examinado con detención y con suma competencia el tema bíblico de los orígenes es de A. d o s S a n to s V a z , A visáo das origens em Génesis 2, 4b-3, 24. Coeréncia temática e unidade literaria, Lisboa, Edigóes Didaskalia-Edi^óes Carmelo, 1996. Cf. el comentario de A. d e V illalm onte , «N o hemos perdido el paraíso. Comentario al libro de A. Vaz», Naturaleza y Gracia 47 (2000) 215-238. En un exten so artículo, A. d e V illalm o n te ha preguntado por la situación teologal en la que el hombre viene a la existencia. No se tratra de una cuestión sencilla. Considerar que todo hombre viene a la existencia con la «tara», del pecado original es la conclusión de una lectura que el autor llama adam océn trica , que olvida ciertamente la visión cristocéntrica, en la que la vocación de todo hombre a la visión beatífica y la volun tad salvífica universal de Dios son primordiales. Para Villalmonte no se puede hablar de «hombre caído», aunque este hombre nazca en una radical impotencia soterioló- gica y necesitado de la gracia de Cristo. Cf. A. d e V illa lm o n te , «¿Pecado original o santidad orgininaria?», en Estudios Franciscanos 82 (1981) 269-381. 10 En el mismo sentido de la nota 5 se puede ver otro escrito de la misma época: J. M. S aiz , «Poligenismo y pecado original», en XVII Semana Española de Teología..., 165-197. Ciertas afirmaciones son sencillamente inadmisibles hoy, como afirmar el monogenismo como «una tesis revelada explícitamente en unos textos, implícitamente en otros y virtualmente en el dogma del pecado original», «el pecado original real e histórico, el que de hecho proponen la Revelación y el Magisterio, es incompatible con el poligenismo», p. 197. En el fondo, quizá no se refleje otra cosa que la concep ción tradicional que proponía Pío XII en 1950: el carácter personal del pecado de Adán y su transmisión. Mucho más comedidas y exactas son otras apreciaciones publi cadas años más tarde. Cf. P. de A lcántara [M artínez S enderos ], «Poligenismo y doctrina católica sobre el pecado original», en El pecado original. XXIX Semana Española de Teología..., 215-232. 11 En un manual, en el que se formaron las generaciones anteriores al Concilio Vaticano II, se encuentran un conjunto de tesis sobre la figura de Adán, cuyas califi caciones teológicas oscilan en presentarlas desde doctrina de fe divina y católica, expresa o implícitamente revelada o doctrina teológicamente cierta. Cf. I. F. S a g ü és , «De Deo creante et elevante», en Sacrae Theologiae Summa, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1955, t. II, nn. 705-812; pp. 802-835.
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