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HACER EJERCICIOS ESPIRITUALES EN CASA 235 LAS LLAVES Recuerdan el encargo que Dios te hace de determinados pode­ res en la vida, la vida misma como encargo de Dios, con poderes y responsabilidades, donde vas abriendo y cerrando... (cf. Is 22, 15.17.19-22). Cada uno de nosotros lleva ordinariamente varias lla­ ves consigo: de la casa, del coche, del trabajo. En los tiempos bíblicos una llave era signo de autoridad, por ejemplo, las del mayordomo. En el Evangelio de san Mateo Jesús usa el símbolo de la llave para encomendar el cuidado de la Iglesia a Pedro y a los apóstoles (Mt 16, 19). Con esa llave se atan y se desatan los pecados (Mt 16 y c. 18). El libro del Apocalipsis usa esta misma imagen para indicar que Jesús, a través de su muerte y resu­ rrección, tiene la suprema autoridad sobre la nueva Jerusalén: «Conozco tus obras. He abierto ante ti una puerta que nadie podrá cerrar» (Apoc 3, 8). Ahí están también otras muchas enseñanzas rela­ cionadas con las llaves del reino de los cielos en su etapa actual y en la escatología. No hay más que ver la alegría que tiene una pareja de novios cuando le dan las llaves de la casa o de un coche. O el signo de confianza del jefe cuando le da las llaves a un subalterno. Como respuesta, significa también fidelidad a lo encomendado: lealtad y no traición. LA ALMOHADA Desde Génesis 28, 11-12.17-18 toma pie para ofrecer reflexio­ nes a modo de meditación y examen de conciencia. Desde las pesa­ dillas, dando vueltas en la almohada, hasta la experiencia de la blan­ dura y bondad de Dios en la suavidad de la almohada, son muchas y variadas experiencias, como cuando decimos que «estas cosas hay que pensarlas con la almohada...». También con una piedra como almohada se puede dormir y «ver» a Dios como lo hizo Jacob. El joven Samuel fue llamado por Dios mientras dormía. Dios se enten­ dió con san José en sueños, en sueños le dijo que huyera a Egipto para liberarse de la cólera de Herodes. También los Magos fueron avisados por Dios en sueños para que no regresaran por los cami-