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HACER EJERCICIOS ESPIRITUALES EN CASA 233 EL PRISMA O LA PERSPECTIVA DEL TEMA Que la casa [y todas sus dependencias] es lugar santificable donde Dios está —y esté— presente, vivo y vivificador, activo a tra­ vés del uso de las cosas de todos los días en todos y cada uno de los eventos de la misma. A través del Espíritu Santo, que permanece en tu cuerpo, en ti (1 Cor 6, 19) Dios entra en tu casa y transforma este lugar habitual en un santuario de Dios (p. 9). Importancia de la actitud orante: este libro está hecho para guiarte en la experiencia de la oración cotidiana. Nuestra sociedad secularizada tiende a separar (no sólo a distinguir) lo sagrado de lo ordinario, sugiriendo que la oración no tiene espacio en nuestra vida cotidiana y que la oración tiene como lugar suyo la iglesia y en momentos explícitamente eclesiales. Un libro de ayuda a la persona a preparar y prepararse a algo nuevo: en nuestro caso, la espirituali­ dad doméstica y la sacralidad de la casa si se vive cultivando el ulte­ rior significado, espiritual, de cada cosa y cada lugar de la casa. Una vez entrados en esta perspectiva y en esta dinámica espiri­ tual, por supuesto haciendo bien las cosas que hacemos cada día —las mismas «cosas»— , seremos introducidos en una más estrecha relación con Dios y nuestra vida doméstica, será un «caminar con Dios» o «pasear con Dios» del homo biblicus (del hombre bíblico). Cada uno de los objetos [títulos] tendrá estas partes: la primera es bíblica, luego viene una reflexión y, finalmente, la meditación. Está claro que la parte bíblica supone y nos sitúa en el plano de la fe. La reflexión quiere estimular nuestros pensamientos a introducir­ nos en relación con Dios e inspirar la conciencia [mejor dicho, la toma de conciencia] de la presencia de Dios «en casa». Lo que viene con el nombre de meditación es, más bien, examen de conciencia porque viene en términos de preguntas que animan la aplicación personal a la propia vida, la contemplación aplicada a la persona, haciendo así cotidiano el crecimiento tuyo en la vida espiritual de cada día. Viene para ello un elenco, una especie de diccionario alfabéti­ co escogido para este fin que acabamos de explicar.