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240 JOSÉ LUIS LARRABE «cena». En memoria de su paso de la muerte a la vida, no viceversa: de la vida a la muerte (como meta final). Resumen: la comida trae a la mente que Dios nos está alimen­ tando, que no está en nosotros mismos la fuente y el origen de nuestra vida. IMAGEN Comenzando por lo más elevado, Jesús es imagen del Dios invi­ sible (Col 1, 15-17). Y luego viene la reflexión. Las imágenes son muestra de afecto por nuestra parte a las personas cuyos retratos se ostentan en casa. En nuestra casa ponemos fotos de personas que amamos (los jóvenes llenan sus habitaciones de fotos de sus ído­ los...). Y muy probablemente no faltan en tu casa imágenes o iconos de Jesucristo, de la Virgen, de algunos santos de tu devoción. ¿Qué sentimientos despiertan en ti unas y otras fotos? LÁMPARA Jesús dijo: «Ninguno enciende una luz para ponerla debajo de un celemín... La luz de tu cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo caminará con luz; mas si están oscuros tus ojos, todo tu cuerpo está en tinieblas...» (Le 11, 33-36). Este capítulo del libro es sugerente y acuciante, fácilmente inte­ ligible y aplicable a la vida doméstica y familiar. También a la vida espiritual propia. Antaño, el único candil con aceite o petróleo reu­ nía muy bien a la familia en torno a la luz. Toda la familia era atraí­ da por la luz de esa lámpara natural. Tanto la conversación como la oración se hacían de forma entrañable en torno al candil. También hoy, para determinadas cenas entrañables se enciende alguna vela o lámpara natural. Faros de cerca de los puertos son luces significati­ vas y atractivas de la atención de las naves para que lleguen a buen puerto. Alguna vez he ido con jóvenes a lo alto de la montaña para unos días en algún refugio y la linterna nos ha sido necesaria por la noche para dar con el refugio deseado, casi perdido. Si alguna vez nos ha sucedido la experiencia de quedarnos black-out nos habré-

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