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222 JUAN JESÚS PINDADO USLÉ En el tercer libro que comentamos, el «introductor» paratextual elegido es san Juan de la Cruz, a seguido de una portada más expre­ sionista, también de Mabel Arce Morán, en la que vemos dos pies lacerados bajo el título Ya sé por dónde pasas (Santander 1999) segu­ ramente alusión al trabajoso camino de Dios. San Juan pide poética­ mente la muerte ante la vista y hermosura del descubrimiento de la presencia divina. Mieza, no. Expresaba conformidad, pero también sinceramente algún temor con anterioridad en el poema «No me empujes, Señor»59, en donde contrastaba la dichosa paz sentida cada aurora con la petición de ir despacio, y no a deshora, hacia el seno del Señor. «¡Quiero gustar todo lo bello y bueno!», pide. Nuestro hablante lírico se defenderá de ansiar la muerte en un momento dado, alegando la fraternidad con las criaturas en las que ve a Dios, sin sentir la prisa por el final. Pero Ya sé por dónde pasas es, sin duda, el libro-oración por antonomasia de Mieza, en donde el hablante lírico roza en algún instante, como hemos dicho, la frontera mística 6o. Declara su pro­ pósito en uno de los versos del primer poema, «Preludio»61: Te iré buscando, huidizo, Detrás de ti por la naturaleza, Oratorio del alma, arte y hogar Cantaré por si acechas mi paso por el bosque. Si por el mar, despliega corazón, que palabras no son nada, En el misterio de la mar, las velas. En efecto, se producirá retóricamente un firme paso adelante yendo de la comparación a la metáfora, e incluso un avance meta- 59 M iez a , En la escuela..., o. c., 93. 60 Steven T. K atz (edit.), Misticism and Religious Traditions (Oxford - New York - Toronto - Melbourne: Oxford University Press, 1983) 92. Aprueba que Gers- hom Scholem haya desafiado la reificación mística pese a las descripciones de carac­ terísticas comunes en el análisis comparativo, pero niega la realidad de un misticis­ mo abstracto; pero, a falta de la esencia, advierte del incoherente extremo posible del «relativismo místico» de las religiones particulares. 61 M iez a , Ya sé por dónde pasas (Santander: El Santo, 1999) 8.